La división de negocios lucrativos ilegales en Japón es controlado por cuatro gremios llamados de diferente forma, mafiosos, yakuzas, carteles, familias, o clanes.
Cada grupo se encarga de la distribución ya sea de Droga, armas, trata de personas...
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Un profundo suspiro sonó ligeramente en la quietud de la mañana dentro de la habitación imperial que había reservado un atractivo hombre de cabello negro, ojos dorados y cuerpo cuyos músculos marcados hacían de su fisionomía una tentación sexual difícil de resistir para cualquier ser sobre la tierra. No era otro que Asami Ryuichi.
Quien sin ánimos se levantó de la enorme cama céntrica parte del elegante cuarto, haciendo a un lado las sabanas de seda en busca de su ropa interior mientras sus invitadas recobraban la conciencia intentando detener al hombre que las había consentido durante la noche y parte de la madruga.
-oh, Asami-sama por favor aún no se vaya- rogó una morena escultural de cabello corto en tono plateado que resaltaba sus ojos esmeralda.
-¿Qué no te gustó el servicio?-reprochó otra joven de cabellera larga teñida de negro, mientras sus ojos castaños y piel blanca la delataban por extranjera.
-... tengo asuntos importantes, así que regresen a EOS, quizás las vuelva a solicitar-terminó de informar como aquel que desconoce un amor de verano adentrándose al baño para tomar una ducha, feliz de ver la habitación desocupada con una tarjeta sobre la cama.
Llámanos...
Club EOS
La sonrisa sobre sus labios adornó su rostro mientras se colocaba el saco oscuro completando el conjunto de prendas propia de la mejor celebridad.
Zapatos italianos de agujeta, pantalón de tela negro, camisa blanca de manga larga, chaleco, corbata guinda con diseños artísticos creativos al mismo tiempo que discretos, y el cabello bien peinado hacia atrás.
Resguardó aquella identificación de empresa bajando ordenando transporte para asistir a una de esas reuniones obligatorias en las que tenía que hacer presencia.
-...Dime que por lo menos tomaste un baño después de verte con las perras de Iason.-Gruñó ferozmente el socio y guardaespaldas del yakuza.
Frente a una gigantesca infraestructura, un edificio de quince pisos con ventanas transparentes y flora exótica que decoraba tanto el exterior como interior de las instalaciones.
-vamos Fei, sabes que tengo demasiado trabajo como para desperdiciar mi tiempo en aventuras- mintió restándole importancia a las concubinas que quizás jamás volvería a ver, pues nunca repetía menú, manteniendo como plato principal a su flor de loto, Liu Feilong.
Un varón de largo cabello nocturno que lucía una trenza finalizada hasta la espalda baja.
-sí, claro- mencionó el mismo con resentimiento familiarizado al engaño, aunque no se acostumbraba del todo a la traición que constantemente le practicaba su amante Ryuichi- debería dejar que te maten allí adentro- concluyo abordando el ascensorpresionado como destino el decimoquinto piso, oficina de reunión.
