[𝟐]𝓛𝓲𝓶𝓸́𝓷 𝔂 𝓢𝓪𝓵-𝓤𝓴𝓐𝓻𝓰

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❝Tengo que confesar que a veces

No me gusta tu forma de ser

Luego te me desapareces

Y no entiendo muy bien por qué❞

-Dónde estabas? -cuestiono el británico con un notorio enojo- no me contestaste los mensajes y menos las llamadas! - volvió a cuestionar.

-Lo siento vida-se disculpó cierto argentino que volvía tarde a su casa-estaba en...-dudo de su respuesta, balbuceo un rato y dijo algo inentendible para el europeo-T-tengo sueño, m-me voy a dormir, chau- le dio un pequeño beso en la cabeza y se fue derechito a la cama.

-Es raro...-le dijo a su amiga francesa que lo miraba mientras escuchaba atentamente el relato de su compañero- ni siquiera sé porque lo amo...-suspiro y siguió tomando su amado té.

-Bueno...-dijo-él no es tan malo, tiene sus cosas, además, ambos sabemos que él vive ocupado o preocupado, a lo mejor no quiere que te preocupes- opino la muchacha con su café en manos.

-Quizás-alejo un poco la taza de su boca y miro su anillo en su dedo anular-pero me preocupa aún más...

❝ No dices nada romántico

Cuando llega el atardecer

Te pones de un humor extraño

Con cada luna llena al mes❞

-Amor, dime cositas lindas- pidió el más bajo a su esposo, con el que estaba acurrucado en el sillón frente el hogar.

-Sabés que no soy bueno para estas cosas, vida-dijo mientras acariciaba su pelo, vio la mirada molesta del británico posada en él.

-Mm! - se dio vuelta y se cruzó de brazos cual niño pequeño no le daban el juguete que quería. Ante el pequeño berrinche del europeo, el sudamericano solo sonrió algo nervioso y lo abrazo por atrás.

Sin dudas Argentina estaría un muy largo rato tratando de que Reino Unido lo perdone por no poder decir esas lindas y tiernas palabras que el europeo amaba que le dijesen.

❝ Pero a todo lo demás

Le gana lo bueno que me das

Solo tenerte cerca

Siento que vuelvo a empezar❞

-Retroceso en el Tiempo-

El inglés caminaba a ciegas, pues su novio le había tapado los ojos mientras lo llevaba a un lugar completamente desconocido, o eso creía.

-Ahora- le destapo los ojos al europeo- ¡TA-DA! - alzo sus manos en forma de bienvenida.

El británico no supo que decir, reconocía ese lugar, era un bosque donde Argentina se había tomado el tiempo de hacer una casita abierta para su primera cita, allí pudo notar a sus amigos, hijos, reinos, e incluso vio la familia y amigos de su pareja, bajo la cabeza y pudo ver el celeste y blanco del rostro de su amado, que se había arrodillado mientras sacaba una cajita de su chaqueta del traje que llevaba puesto.

[𝟤]ℒ𝒾𝓂𝑜𝓃 𝓎 𝒮𝒶𝓁-𝒰𝓀𝒜𝓇𝑔-𝒪𝓃𝑒-𝒮𝒽𝑜𝓉Where stories live. Discover now