Capítulo 6 - El Ser de las profundidades

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Un par de unicornios en armadura, solo por verla, la saludan con una pronunciada reverencia. Honestamente, a ella no le agrada el trato tan solemne que le dan, casi como si fuera una especie de divinidad. Pero se limita a seguir las reglas de la familia imperial: solo asentir de forma leve con la cabeza (cosa que suele hacer con una ligera sonrisa) y luego continuar galopando.

Camina por un túnel más o menos ancho, con algunos cables encerrados en rejas metálicas dentro de las paredes. El clip clop de sus cascos hace eco. A lo lejos, hay algunos sonidos industriales.

La princesa voltea para ambos lados del corredor. Un viento fresco sopla fuerte por los conductos de ventilación hasta acariciar su crin de tres colores. Todo parece indicar que no hay ponis en la costa, entonces, con un ágil movimiento, pasa un dispositivo puesto en su pata delantera por la chapa de una ancha puerta corrediza. Apenas los seguros se corren, entra a toda velocidad en la habitación.

Por fortuna, no hay cámaras de seguridad ahí dentro, así que puede exhalar tranquila así como relajar los hombros. Da unos cuantos pasos hacia el centro del lugar iluminado por luz fría. A su derecha se encuentran algunas taquillas cerradas, del otro lado, controladores con focos e interruptores cubren el centro de la pared. Pero lo más interesante está al frente: un pilar cristalino, poco más alto que ella, de traslúcido color blanco ópalo y punta en forma de diamante. Este peculiar dispositivo, libera un flujo constante de energía blanquecina hacia un tubo enrejado en el techo.

Se acerca al cristal. Con telequinesis, saca de su melena un aparato circular y lo pega en la base del pilar. Ese pequeño plato, no más grande que uno de sus cascos, muestra un cintillo brillante en su contorno para luego pegarse con fuerza, igual a un imán. Acto seguido, el torrente de luz comienza a desaparecer.

—Si solo una vena del sistema Arca deja de funcionar, no se darán cuenta —comenta mientras pone su casco sobre el pilar en reposo—. Por favor, dame de tu fuerza.

Casi como una respuesta a sus palabras, chispazos corren por los cables unidos a la base de la extraña máquina. Revolotean hasta el centro del cristal, y todos se encaminan a una por el casco de la unicornio.

—¡Ugth! —el pelaje y crin se le erizan. También, su cuerno junto a sus ojos rosas comienzan a ser cubiertos por luz blanca.

Cierra los ojos con fuerza, hasta poder contener esa brutal cantidad de magia dentro de su delgado cuerpo. Pronto, la energía deja de ser visible fuera de su pelaje. —Gracias —dice para sí con una sonrisa al tiempo que se sienta en el suelo—... Muchas gracias.

Cuando abre los ojos de nuevo, estos ya tienen el brillo habitual. Junta ambos cascos con fuerza, su expresión es de determinación pura. «No te voy a dejar solo, Oriol —piensa, luego, comienza a concentrar toda su magia actual—, estamos juntos en esto».

De un momento a otro, dentro de ese rincón alejado de la mayoría de los ponis. Decenas de círculos mágicos aparecen alrededor de la unicornio, su melena flota tal cual estuviera debajo del agua. Un complejísimo hechizo es activado, cuya primera fase es un sello para encubrir la gran cantidad de magia que se usará de un solo golpe.

...

Aparece un escudo de protección, se trata de uno ultra potente, pues toda la fuerza del conjuro es puesta solo en la parte frontal. Sacrificando la protección en forma de esfera por una pared.

Una fracción de segundo después, llega el golpe.

—¡¡Haaa!!

Twilight siente una fuerte sacudida desde la punta del cuerno hasta el final de la crin en su cola. Su atacante no puede ser solo una poni, piensa en esos instantes, a un cuerpo tan pequeño le es imposible generar tal empuje; tal cual la embistiera un enorme tren a toda potencia.

Su última Misión (MLP, Fanfic)Where stories live. Discover now