CAPÍTULO 1: Sadie Sink recibe una paliza.

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Hatefuck – Cruel Youth.

"No tenemos nada en común

Excepto todos nuestros problemas y dolor

Y odio a todos tus amigos

Y el cuchillo que retuerces

Cuando dices que siempre ganas".


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— ¿Finn Wolfhard?

Mi tenedor cayó con estrepito sobre mi plato. Levanté la mirada y me encontré con los ojos de Matt, mi esposo, enmarcados por sus cejas violentamente fruncidas. Transcurrieron algunos segundos antes de que yo hablara.

— ¿Qué?—pregunté, sin entender nada. ¿Por qué motivo habría nombrado a uno de mis ex novios?

— ¿Actuarás con Finn Wolfhard?—me recriminó, en un tono hostil— ¿En serio Sadie?

Le quité el documento de las manos y comencé a leerlo con atención pero rapidez a la vez. En efecto, el contrato expresaba que Finn actuaría junto a mí. Lo peor, es que sería el interés amoroso de mi personaje.

— ¡¿Qué?!—exclamé, mientras lo releía una y otra vez— Yo... Yo no lo leí.

—Claro—comenzó a decir, con la incredulidad derramándosele de los labios—... Y Millie no te lo mencionó en absoluto, ¿verdad?

Aquel día, por la tarde, yo había tenido una reunión con Millie. Ella quería intentar el rubro de la dirección, así que me pidió que fuera la actriz para su nueva película; una comedia romántica. Me dio un vistazo rápido acerca de las condiciones del contrato y yo lo firmé, sin ni siquiera ojearlo.

—No...

Matt cerró los ojos y comenzó a acariciarse las sienes.

—Becky, cariño, ve a tu cuarto—le ordenó a nuestra hija—. Tú madre y yo tenemos que hablar cosas de grandes.

—Pero aún no acabé mi cena, papá.

—Matt...

Iba a decirle que la dejara comer, que nosotros podíamos charlar más tarde, pero interrumpió y, en cambio, le dijo:

—Llévate el plato y termínala en tu habitación, no es tan complicado.

Con un notable fastidio, Becky tomó su plato de comida y se fue. Matt esperó a que subiera las escaleras, pero girarse a mirarme. Enseguida percibí que estaba muy enojado, se le notaba en el semblante de su rostro.

— ¿Por qué me mientes?

—No te estoy mintiendo.

Yo estaba diciendo la pura verdad, pero él parecía no creerme porque levantó ambas cejas en señal de desconfianza.

—Sadie—susurró amenazante—... Sabes que no me gusta cuando me mientes.

—Matt, no te estoy mintiendo—repetí.

—Renuncia—soltó, con rotundidad— y se acabó el problema.

—No puedo hacerle eso a Millie, ella...

— ¿Sigues enamorada de Wolfhard, no es así?—me interrumpió, apretando y aflojando el puño con fuerza mientras aguardaba por la respuesta.

No pude evitar abrir los ojos como dos platos. Cobrar conciencia de que tal vez llevaba un largo tiempo lidiando contra una atracción natural hacia Finn hizo que me pusiera a la defensiva.

— ¡Claro que no!

Sonrió como un cínico, dando a entender que no creyó mis palabras. Jamás lo hacía.

—Entonces, renuncia—insistió.

—Esto no se trata sólo de Finn. Además, ya firmé el contrato, no puedo renunciar así como así... No es cómo funcionan las cosas.

—Así que una mísera película te importa más que tu familia...

—Yo jamás dije eso.

Me apretó el brazo y, a medida que hablaba, acentuó la presión de los dedos sobre mi piel. Hice un gesto de dolor, pero aun así no se detuvo.

—Tus acciones hablan por sí solas, cariño. Siempre estás pensando en ti, y sólo en ti... Un día de estos, esta familia se destruirá y será tu culpa.

De improviso, me pegó una bofetada en la cara que resonó por todo el comedor.

Al ver la hostilidad que albergaba en sus ojos me paré de la silla, pero antes de que pudiera alejarme lo suficiente, recibí otro golpe que me quemó como el fuego. Esta vez, había sido con el puño cerrado. Además de aquello, su anillo me trazó una línea de dolor en la piel.

A pesar de que trataba alejarlo de mí, la paliza continuó mientras recibía más bofetadas en el rostro. Una de ellas acabó de una vez por todas con mi equilibrio, haciendo que me cayera de rodillas. Las lágrimas me escocían en la herida causada por el anillo y se me mezclaban con la sangre.

Tantos golpes me habían dejado desorientada y las lágrimas me nublaban la visión, por lo que solo pude oír una voz muy tranquila decir:

—Oh, vamos, deja de llorar. No seas bebé, fue apenas un golpecito.

Me refregué los ojos y, aun de rodillas sobre el duro suelo, miré a mi esposo, la la persona que más había querido en el mundo. No era la primera vez que Matt me había puesto la mano encima.

— ¿Vas a renunciar?—me preguntó.

Se había agachado frente a mí y empezó a acariciarme las mejillas que hace segundos estaba golpeando. No dije nada, pero no porque no quisiera. Las palabras no me salían debido a todo el llanto que estaba conteniendo dentro de mí.

— ¡Sadie!—me tomó por los brazos y procedió a sacudirme— No puedo perderte, ¿entiendes? Becky necesita a sus dos padres juntos para poder vivir feliz. ¿O quieres ver a tu hija triste?

Desesperada, negué con la cabeza, sin poder dejar de llorar. Matt tenía razón.


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Voy a hacer muy sincera con ustedes, ODIO TEEN ROMANCE. Supongo que mi primer libro terminado no iba a ser taaaan bueno, pero tenía las expectativas altas y al final resultó siendo una porquería, porque lo es. ¿Y saben por qué pasó? Porque no planifiqué nada. Todo lo que escribía, era improvisado y ese fue mi mayor error. Gente, PLANIFIQUEN SUS LIBROS.

Bueno, aunque estuve pensando en cancelar la secuela debido a eso, decidí que voy a hacer esto solo para darle un buen cierre a la historia.

En fin. Espero que el capítulo les haya gustado. El próximo estará narrado por Finn.

P.D.: El título (y la idea general del capítulo) está 100% inspirado por el capítulo de IT, "Beverly Marsh recibe una paliza".

not so teen romance ✦ fadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora