El sonido de las hojas siendo acomodadas acompañaban al joven profesor quien revisaba los exámenes de historia que había puesto, la mayoría habían sacado buena nota, y claro que diría "todos" si no fuera por:
- ¿Rengoku-sensei? -
Aquel lindo chico de cabellos cobrizos alborotados, era uno de los más inteligentes por lo que una "mala" nota en su expediente no se lo podía acabar de creer.
- Kamado, my boy -
Su voz era cálida, pese a estar algo cansado y frustrado tenía las plenas intenciones del mundo de ayudar a su alumno estrella a remediar esa horrible mancha roja en su hoja.
- ¿Un 6 Kamado-kun? Viniendo de ti me sorprendío bastante -
Hizo una pausa para después levantarse de su silla dejando sus papeles en el escritorio, acomodados.
- Lo esperaba de agatsuma o de hashibira -
Miro al menor que solo atino a tragar en seco, sabía que tenía mala nota y más si era en historia, ¡pero que le pasa! ¡En la academia kimetsu la historia es la mejor materia! ¿Como estuvo tan cerca de reprobarla?
- Lo siento Rengoku-sensei, anoche ayude a estudiar a zenitsu e inosuke y...no estudie mucho.... -
Uso la verdad, sabía que de seguro debía de presentar de nuevo, pero por el silencio que el mayor le dio como respuesta no tuvo de otra más que de cerrar sus ojos un poco con fuerza, esperando lo peor, le llego lo mejor.
La cálida mano del mayor se posó en su mejilla acariciándola con cuidado, con ternura, le miraba con sus ojos dorados junto a la bella sonrisa que se cargaba diariamente para impartir su tan preciada materia; le miro por unos cuantos segundos más para agarrarle le cabeza con delicadeza, atrapandolo en sus grandes pero firmes y acogedores brazos contra su pecho.
- ¿Rengoku-sensei? ¿Pasa algo? -
Aquel pequeño chico no comprendía que sucedía, apenas tenia 14 años y el ver como su maestro de 26 lo abrazaba de esa forma le hacía sentir que el mayor se sentía mal.
- No pasa nada Kamado, no te preocupes -
Acarició su cabeza de nueva cuenta separándose un poco de el menor carraspenado su garganta al momento, dando a entender que pronto se podría ir.
- Si vas a pasar conmigo, tendrás que quedarte a por más tiempo a clases, pese a ser la última sesión los chicos siempre estan energéticos, ¿Podrás? -
Le dedicó una bella sonrisa mirándole fijamente antes de empezar a guardar papeles en su pequeño maletín rojizo con marcas doradas; el de cabello cobrizo solo le regaló otra de sus hermosas y puras sonrisas antes de acercarse a el para hacer una reverencia.
- ¡Claro que podré! ¡Seré muy energético! -
El entusiasmo de su voz alegro más al profesor que al alumno. Oh la mente sucia de una persona pura.
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Fanfiction- No importa si nos ven, que sepan que mi amor por ti arde como las brasas del fuego - Suspiro presionando sus labios una vez más contra los de su pequeño chico.