"Consultorio"

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Capítulo 1.

Autora.
Shon.
Amigo.

Entre el amor y la obsesión solo hay un paso, pero por las noches oscuras, frías y siniestras se encuentra un, en su opinión, defensor de la ciudad, aquel hombre fuerte con mirada penetrante, pero que casi nadie tenia la oportunidad de verla ya que solos aquellas mujeres que fueron realmente importantes para el la conocían. El dedicaba la mitad de su noche para limpiar su ciudad, desde ladrones hasta políticos corruptos, sin embargo el tiene un grupo se reclutadores que asechan y capturan a estas personas, luego son llevadas a unas habitaciones, ahí los dejan inmovilizados observando una luz blanca y esta a la ves borra ciertos recuerdos que son de suma importancia para quien lo posee, pero que permite darle acceso a su libre albedrio, convirtiéndolos en cuerpos manipulables que logran hacer lo que se les pida, hasta llevar a cabo eventualidades de carácter negativo para una restitución del equilibrio.

Las mujeres al verlo enloquecían, tanto por su atractivo fisco como por sus múltiples recursos económicos, el se ocultaba debajo de una fachada de psicólogo exitoso, y utiliza su intelecto para encontrar a sus víctimas, las personas que llegaban a entrar en la habitación blanca salen de ahí con una nueva misión, aquella que se le encarga para lograr un objetivo, por aquel hombre que desafía la noche.

Una mañana lluviosa entro una chica con mirada baja, con pensamientos hacia el abismo, una futura paciente de su mejor amigo, pero que sin embargo podría evaluar de cualquier manera, ya que con cada movimiento el logra evaluar a profundidad una persona. Se puso de pie al frente de aquella chica, sin lograr ninguna reacción en ella, no sabia si estaba perdiendo su don o solo ya no era el mismo hombre intelectual que podría leer a una mujer a muchos metros de distancia, pero ella no tenía interés en él, ni siquiera para observarlo, se levanto de la silla y se dirigió hacia su sesión de psicología.

El se quedo fuera del consultorio de su amigo para verla más detenidamente cuando saliera de su sesión, cada vez que escuchaba unos zapatos el corazón se le detenía por un momento, viéndose, así como un hombre muy impaciente, sentado en la misma silla que ella se había sentado minutos antes. Una pequeña capa superficial de olor a perfume lo envolvió, sintiéndose muy envuelto en su mundo más íntimo, se imaginaba aquel preciso momento en el que su perfume corrió por su cuello recién bañado con agua tibia, y pensaba, una mujer así con ese olor no podría bañarse con agua fría. En un momento se gasto todo el olor desesperándose y poniéndose de pie, caminando preocupadamente, pensando en encontrar la forma mas adecuada de interrumpir la sesión solo para verla a los ojos, ya había asado tanto tiempo desde la ultima vez, pero esta vez lo necesitaba con premura. Pensó y vio el reloj de la pared, pensó, ya es hora de un café, hizo un poco en la cocina, corrió al consultorio abriendo la puerta bruscamente y con impaciencia. Ella lloraba poniéndose las manos en el rostro, en ese momento sintió otra vez su olor, su corazón desgastado por la maldad del mundo recibió un poco de deseo de abrazar a aquella mujer que lloraba desconsoladamente en el consultorio de su amigo.

Desafiando la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora