Me desperté, como cada mañana, a las 4:37. No sé en que estaban pensando mi papá y su esposa al comprar una casa a las afueras de la ciudad. Ni en que estaba pensando yo al elegir vivir con mi padre en vez de vivir con mi mamá y mis hermanos; quizás el sentimiento de lastima fue el determinante, tan solo pensar en que 4 de sus 5 hijos ya habían decidido "abandonarlo"; no podía dejarlo por completo solo. Ahora me arrepiento, claro está. No se me ocurrió que tan solo 4 meses después del divorcio fuera a tener gemelos con su nueva novia veinte años menor que el y tan solo cuatro años mayor que yo.
Me dirijo al baño, me lavo los dientes y entro en la regadera; me doy un cabezazo, como todos los días. Maldigo mi metro ochenta y nueve de altura, y más maldigo mi memoria de pez, que me impide recordar que, desde hace años no quepo debajo de esa regadera.
Salgo, regreso a mi cuarto, abro mi closet, tomo unos jeans, una playera blanca y elijo una de mis más de 58 sudaderas, que acaparan casi todo mi armario y que son mi mayor y tal vez único orgullo en la vida.
Son exactamente las 5:24 y estoy amarrando los cordones de mis Adidas "blancos". Otra razón (quizás más ridícula pero significante) por la que elegí vivir con mi papá, es que no me regaña por usar siempre los mismos tenis rotos y sucios. Con mi madre discutía al respecto todo el tiempo.
- ¡Es el colmo, Santiago! Hijo del dueño de uno de los mas exitosos restaurantes en la ciudad y una de las abogadas más reconocidas y decides usar, cada día, unos tenis asquerosamente cochinos. – ese era el argumento de mi madre cada mañana.
No digo que no la extrañe, ni que sea una mala madre, al contrario, es el mejor ser humano en el planeta, pero siempre se las ingenia para criticarme algo, generalmente los tenis, como ya dije, pero entre su lista de favoritos para criticar también se encuentra mi corte de cabello, mis pantalones rotos, el tatuaje de un león den bikini que me hice cuando me emborrache en una fiesta a la que me dijo que no fuera porque sabía que haría alguna tontería, entre muchos otros.
A las 5:27 estoy bajando las escaleras. Voy atravesando la sala cuando escucho el grito de Gloria, la señora que nos ayuda a mantener la casa en orden, y a quien queremos como a otro miembro de la familia.
- ¡SANTIAGUITO! ¿TUS HUEVOS CON JAMÓN O CON SALCHICHA? – me sorprende su capacidad para gritar, y aún más su capacidad para que no te canses nunca de oír su voz; de hecho, a pesar de lo gritona que es, no hay nadie a quien me tranquilice más oír
- Con Jamón, Glo, por fa-
Me siento en el desayunador y a los pocos minutos tengo un plato con cuatro huevos con jamón, dos hot cakes y tres piezas de pan tostado, así como tres vasos, uno con jugo de naranja, otro con agua natural y el ultimo con un licuado de color rosa que hoy, después de tantos años, aún no termino de entender.
Como siempre, delicioso, Gloria, además de ser una gran cuidadora de la casa (y de niños), también es una excelente cocinera. Un día me contó que su más grande sueño era ser chef, pero que sus papás solo la apoyaron par acabar la primaria; la secundaria y la prepa las hizo en modalidad abierta con ayuda de mis papás, pero, por diferentes razones, ya no siguió. Yo le prometí que yo, en cuanto acabe la universidad, en unos 2 años, la apoyaré con su sueño. Siempre que se lo recuerdo me dan ganas de llorar, tan solo verla sonreír, a esa señora de 52 años, poco más de metro y medio, cabello corto y ojos cafés, me da vida. Es la mujer más leal del mundo, tan solo el hecho de que cada mañana a las 5:00, me prepara el desayuno, aunque yo le he dicho que no es necesario, me demuestra que siempre podré contar con ella.
A las 6:00 estoy subiéndome al Jeep negro que me regalaron hace 6 meses, cuando cumplí 20. Embarcándome, como todos los días, en un viaje por carretera de más de 50 minutos, directo a la universidad.
Jamás pensé que justo hoy, 27 de octubre, conocería a la mujer que se convertiría en el amor de mi vida, por completa casualidad.
YOU ARE READING
La casualidad más bonita.
RomanceSantiago y Karina, dos universitarios completamente diferentes entre sí, se conocen un día por casualidad, sin imaginarse que cada uno llegaría a ser el amor de la vida del otro. ¿Su impedimento? Ambos pertenecen a familias millonarias, que si bien...