𝑳𝒂 𝒇𝒐𝒓𝒆𝒕.

𝑴𝒖𝒓𝒎𝒖𝒓𝒆𝒔.

Las ramas se golpean entre sí, las hojas secas se desprenden para finalmente morir, los troncos realizan movimientos bruscos que hacen al arbol crujir, como un bebé que acaba de nacer o los lamentos de un hombre al envejecer.

Un coro alegre enciende mi espíritu, las aves cantan con ímpetu y los arboles susurran al compaz de la cálida brisa del alba.

Camino el prado con los pies descalzos, mis ojos se mantienen cerrados, una sensación incomprensible recorre mi espina dorsal. ¿Las obras maestras se entienden acaso?, he formulado esa pregunta varias veces, hace mucho que dejé de buscar una respuesta. Arte es aquello que te permite sentir, que te permite explorar lo más profundo del alma, arte es plasmar aquello que imaginas, arte es mirar, oler, palpar, querer, amar, arte es ser.

Me recuesto sobre el pasto, una brisa helada golpea mi rostro, las hojas secas tienen un color verdoso, respiro, mientras los arboles me susurran cosas y admiro aquello que evoca tranquilidad a mi espíritu.