Capítulo #17

1.2K 123 26
                                    

•Narra Elyas•

Las manos de Samuel fueron directamente a mi cara para proceder a hacer un suave pellizco en mis mejillas. 

Notaba como sus brazos temblaban con sutileza ante los movimientos que daba, sus mejillas tenían aquella tonalidad rojiza que rara vez se apoderaba de su rostro.

No entendía su nerviosismo dado en este momento.

— E-Elyas. — Tartamudeo mientras daba unos cuantos pasos hacía atrás.

— ¿Estás bien? — Dije para acercarme más a él.

Me acerque lentamente hacía él, si bien era cierto que me había molestado con él anteriormente, odiaba ver ese sentimiento de inseguridad que se pintaba en su rostro.

Mis manos agarraron sus brazos con tranquilidad ocasionando que cerrara con suavidad sus ojos.

La fuerte corriente eléctrica avanzaba con rapidez en mi cuerpo, causando que toda aquella incomodidad que mi cuerpo tenía desapareciera ante su calor y solo quedará aquella infinitas ganas de amarlo.

Amarlo con todo lo que podía.

Quitarle todo aquello que lo podía hacer preso.

Quitarle aquel pequeño sentimiento de inseguridad que su cuerpo cargaba con lentitud.

— Tenemos que hablar de eso, Samu. — Dije mientras lo atraía hacia mí para dejar un pequeño beso en su cuello. — Pero solo los dos.

El asiento con lentitud sin abrir los ojos. Sus manos se pusieron rápidamente en mi cintura para pegarme a su cuerpo.

La sangre se había vuelto totalmente caliente, llegando a sentir como todo mi cuerpo era abrasado por aquel fuego interminable que me comía la boca del estómago, mientras esas fuertes corrientes eléctricas viajaban a todas las partes de mi cuerpo, haciéndome sentir completamente vivo.

Mis brazos rápidamente se enrollaron en su pelo para tirarlo hacia arriba y poder provocar aquel fino jadeo que tanto me gustaba.

Porque era eso lo que me daba vida.

Era aquel fino sonido de su voz llamándome mientras lo miraba desde lejos.

Era llegar puntal a ese punto de encuentro para no perder ese beso que había soñado.

Era ese pequeño rincón de mi corazón que tenía grabado su nombre.

Porque él había quedado esas pesadillas que me comían la cabeza.

Porque había venido para quitar ese miedo constate que me hacía preso.

Había quitado esos nudos marinos que no me dejaban volar a su lado. A esa bella estrella que él poseía en el alma, dejándome ciego cada vez que lograba verla.

Él me hacía tocar las jodidas estrellas con un par de palabras sueltas sin sentido.

Porque él era el porque la esperanza era lo último que muere. Porque cuando llegue a su casa lo único que necesita era alguien a quien conocer, alguien a quien me pudiera oír y Samuel, él y sus cientos de cosas, me habían encontrado a una persona a la cual amar con todo y las cadenas que traigo.

Enamorado de mi mano derecha [Elygetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora