En ese rincón se encontraba sentado el artista, el artista frustrado escribiendo y escribiendo en una hoja maltratada por el tiempo, tiempo que lo vio nacer, tiempo que lo vio llorar, tiempo que le dio la espalda, tiempo que lo acogió con sus garras viejas y mugrientas.
Hoja robada, propiedad del padre, padre que lo observa, padre que duda, padre que siente algo oculto en lo mas profundo de su alma.
Un pincel y un frasquito de tinta era lo único que necesitaba el artista, el artista frustrado.
Poca tinta, poca tinta nos quedaba, el artista hacia mas evidente su perdición hacia el abismo.
El artista, segado por una neblina de ideas absurdas, camina y camina sin saber su rumbo, !Quien va ha saber cual va ser el trágico destino del artista, del artista frustrado!.
Finalmente cayo en un mar de ideas, sus dioses le dieron la espalda y lo lanzaron a la hoguera, morir ahogado mientras ves a la sirena llevándote a lo mas profundo del mar, Para que solo al final, al final, a lo mas profundo de ese mar de ideas, finalmente despiertas. Fin
