|INTRO|
Era otro día normal, en sus nuevas vidas "normales", siguiendo el cliché de cada jornada como cualquier otro, excepto por una cosa; comenzaba el conteo de una semana hasta el 31 de Octubre.
Todos lo muchachos dormían plácidos y cálidos en sus habitaciónes hasta que el aroma a café y dulces los despertara como cada mañana.
Ese día, puntualmente, el jefe no se despertó temprano como de costumbre, cediéndole el lugar al segundo madrugador: Leone Abbacchio.
Extrañado por no despertar con los suaves tarareos y murmullos de su jefe y novio, Leone se vistió con una bata negra sobre su pijama para ir a despertarlo, o cuando mucho, verle dormir.
Tocó la puerta suavemente para no alarmarlo si es que se encontraba en los brazos de Morfeo, pero unos pasos apresurados y el ruido de algunos murmullos le esfumó esa idea de la cabeza.
-Bucciarati, amore mio, ¿puedo pasar?- Preguntó con voz ronca del otro lado de la blanca puerta decorada con el simbolo favorito del joven.
-¡Leone!- Exclamó al abrir algunos centimetros de su puerta.
-¿Todo bien?- Le miró extrañado por su reacción.
-Oh, claro, todo perfecto- Sonrió apenas asomando su oscuro cabello a la vista de Abbacchio -Hoy no puedo hacer el desayuno, estoy ocupado con algo, ¿Podrías encargarte de ello?- Le miró de forma irresistible para que su pareja no pudiera negarse.
-¿Qué es lo que te mantiene tan ocupado?- Desvió el tema.
-Pronto lo sabrás- Posó el índice sobre sus carnosos labios -Despierta a los chicos y pideles ayuda, sinó puedes usar mi libro de recetas en la cocina- Acortó tus instrucciones tanto como pudo con el objetivo de seguir en su plan.
Abbacchio con un suspiro aceptó y dejó solo al muchacho.
Al pasar casi una hora todos los integrantes de la banda esperaban en la mesa muy ansiosos por el desayuno y la presencia de Bucciarati.
-¿Empezamos sin él?- Preguntó Narancia con una mano sobre su estómago que rugía por la necesidad de alimento.
-No seas impaciente, no podemos comenzar sin Bruno- Regañó el joven Pannacota.
-Pero amoooor, quiero comer ya- Añadió con desgano.
Fugo Pannacota y Narancia Ghirga de 17 y 18 años mantenían una relación intensa y feliz por casi seis meses; sus compañeros Giorno Giovanna y Guido Mista de 16 y 19 años iban al noveno mes, mientras que Abbacchio y Bucciarati llevaban la delantera con una relación de casi un año y medio.
-¡Muchachos!- Llamó el superior esperando la atención de todos.
-¡Al fin!- Exclamó Narancia contento por verlo.
Todos callaron al notar la gran y esplendorosa sonrisa en su jefe, eso y las incontables hojas que amenazaban con caersele.
-Dejame ayudarte con eso- Giorno fue el primero en levantarse en ayuda, seguido a él venía Fugo, su segundo al mando.
Agradeció y tomó asiento en uno de los extremos ordenando las hojas que traía.
-Tengo una gran noticia para todos-
-¿No serán más misiones?-
-¿Se trata de alguna actividad cultural otra vez?-
-¿Iremos de viaje?-
-Seguro nos compró autos nuevos-
-Aprendiste una nueva receta?-
Todos sacaban sus propias conclusiones sacándo brillantes risas por parte de Bruno.
-Nada de eso, aunque son buenas ideas- Concedió.
-Lo sé, no me vendría mal otro auto, uno rojo o azul-
-Mista, ya tienes tres- Suspiró Giovanna con su carácteristico aire serio.
-Ésta vez es algo más divertido- Interrumpió -Verán, llevo unos días meditándolo y creo que se han desempeñado de forma ejemplar estos últimos meses, por ello, pensaba en regalarles una semana de descanso; siendo más preciso, seis días-
-¡Wow, genial!- Gritó Narancia y Mista de la emoción.
-¿Por qué recalcaste que son seis días y no cinco?- Se apresuró a preguntar Fugo.
-Esperaba que lo preguntaran- Esbozó una risa débil -Ésta semana es halloween, y me parece una gran idea festejarlo aquí en la mansión, y dado que somos seis, cada uno se encargará de decorar y ambientar el lugar con la temática terrorifica que deseen, ¿Qué les parece?- Esperó ansioso la aprobación de sus subordinados -Además, el que gane la mayoría de los juegos obtendrá un deseo libre de reglas- Ofreció 0ara mejorar la oferta.
-Vaya... que idea tan curiosa- Admitió Giovanna con una leve sonrisa.
-Me parece extravagante, muy propio de ti- Abbacchio le regaló a ojos de todos una dulce mirada a su novio.
-Creo que la mansión es muy grande... ¿Cómo se supone que decoremos todo con nuestras temáticas?- Cuestionó Fugo no tan convencido.
-Todos tendrán una cantidad de dinero para gastar en utilería y demás, también contraté un gran grupo de personas para ayudarles- Explicó con calma.
-Esto será interesante~ ya quiero ver la cara de susto que pondrán cuando llegue mi turno- Saltó Mista sobre la mesa haciendo sonar la porcelana fina de su jefe.
Todos se encontraban muy emocionados como para darle atención y regañarlo, charlaron, acordaron y escribieron las reglas a seguir durante toda la semana. No era nada tan cómplicado de recordar.
-¿Y quién va primero?- Hablaron Narancia y Fugo al unísono.
-No he decidido eso, esperaba que llegaramos a un concenso entre todos-
-Podría empezar Fugo, Bruno terminarlo, y el resto no sé- Habló Mista con simpleza.
-¿Por qué yo?- Le miró molesto.
-Eres el segundo al mando, da la cara por el equipo- Rió divertido.
-Me parece bien- Puntualizaron todos.
Así fue como Pannacotta abriría el primer día de juego y supervivencia.
-¿Y luego?- Preguntó un Narancia temblando de la emoción.
-Mista fue el de la idea, que siga él- Molestó Abbacchio cobrando venganza por la injusticia cometida a Fugo.
-¿Entonces sigues tú?- Miró de forma desafiante a su "figura paterna".
-Puedes apostarlo, mocoso- Sonrió de forma maliciosa.
-Si lo deseas puedo cederte el siguiente puesto Narancia- Concedió cordialmente con una mano sobre el hombro del otro.
-¡Súper! Gracias Giorno- Abrazó el cuerpo del muchacho rubio.
-Entonces todo listo- Concluyó Bucciarati dándo suaves aplausos.
-Y Feliz Halloween para todos.-
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Salió bien pinche tarde y corto el intro, ojalá les agrade xd
-Masha♡
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🎃🕸Especial Halloween: Juegos en la mansión🕸🎃
HorrorAlgunas historias sobre los juegos que pueden crear esas extravagantes y retorcidas mentes criminales. ¿Qué? ¿Esperaban algo más? Pues no, vayan a averiguar que les depara a nuestros muchachos preferidos.