❝𝑰 𝑫𝒐𝒏'𝒕 𝑳𝒊𝒌𝒆 𝑴𝒐𝒏𝒅𝒂𝒚𝒔❞⸙

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Estaba mirando alrededor, sentado en una de las varias mesas que había en el patio del instituto. El chico de cabello negro azabache tenía frente a él un trozo de pan con queso a medio comer. Hace un segundo había estado mirando sus redes sociales, pero luego de aburrirse dejó su móvil sobre la mesa y se dedicó a observar a su alrededor.

Todo era lo mismo siempre; tres chicas en una mesa charlando y haciendo tareas a último minuto, dos muchachos jóvenes completamente desconectados del mundo mientras hablaban de cualquier estupidez digital, una chica sola y apartada de todos completamente sumida en una llamada telefónica y por último el infaltable grupo de cinco o seis chicos y chicas que estaban rodeados por varios más que intentaban estar con ellos, puesto que estos seis estaban al frente en todo, buenas calificaciones, rostros delgados y hermosos, extrovertidos y amigables, y muchas más cosas por las cuales la mayoría querían estar con ellos.

Entre estos mismos, para el azabache resaltaba un rostro tan fino y bonito que lo hacía querer besarlo por horas y horas en toda la cara. Hoseok probablemente era el ser más bonito de la tierra. Y el pelinegro apostaba que se vería muchísimo mejor debajo de él sonrojado y con lágrimas en los ojos, pidiéndole que lo besara con anhelo.

Oh, y él, casi se olvidaba de sí mismo, un chico solo en una mesa rodeado de parásitos que lo único que querían de él era que le prestara la tarea, que les diera dinero o para cualquier otra estupidez de la cual él no estaba interesado en lo absoluto.

Hoy era viernes, al fin dejaría de ver las estúpidas y asquerosas caras de los profesores, escuchar los patéticos comentarios de sus compañeros, y sobre todo de ver el magnífico rostro de Hoseok resplandeciendo en una sonrisa en lo que charla con sus amigos. Aunque lo ultimó era una lástima que no pudiera apreciarlo los fines de semana.

Su mirada se topaba con la del pelirrojo cada que estaban en un mismo ambiente, de él no había excusa, era obvio que siempre lo miraba disimuladamente, pero se sentía bien saber que generaba curiosidad en el otro, tanta como para mirarlo de reojo cada que se supone que estaba distraído.

Bah, mañana era su cumpleaños y probablemente su papá le llevaría alguna escultura extraña que hacían los presos de la cárcel donde trabajaba, y su madre le haría un pastel con mucha crema y le pondría velitas.

Probablemente lo único agradable era la idea de comer pastel. Y luego el lunes estaría de nuevo en su propia cárcel, que asco con ese día.

Ahora podía escuchar el ¡Feliz Cumpleaños! de su madre, que sostenía un bonito pastel de chocolate frente a su cara, ella estaba ansiosa por su reacción

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Ahora podía escuchar el ¡Feliz Cumpleaños! de su madre, que sostenía un bonito pastel de chocolate frente a su cara, ella estaba ansiosa por su reacción. Su hermano se encontraba a su lado mirando el pastel, que era la única razón por la cual estaba allí fingiendo emoción por él, y también estaba su padre detrás de su madre con los brazos cruzados, parado firme y con una sonrisa en su rostro.

No podía negarse a tal situación, solo le quedaba sonreír, agradecer y cerrar los ojos por un momento mientras fingía pedir un deseo, aunque ¡Oh! Si tenía uno.

❝ I Don't Like Mondays ❞  ﹫ 𝑱𝒖𝒏𝒈𝒉𝒐𝒑𝒆 ཻུ⸙͎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora