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Tras el emotivo discurso se Regina y cuando todos los presentes habían terminado de aplaudir, comenzó una antigua ceremonia, en la que Henry Junior sacó a su recién coronada madre al centro de la pista para abrir el baile.
Poco a poco todos se fueron uniendo, y la noche pasó rápida. Cada estancia del castillo estaba abierta y los habitantes del reino paseaban por los jardines, bebían mientras escuchaban tocar a los músicos, hablaban mientras recorrían los salones...

Regina estaba orgullosa de poder ver a su gente feliz de nuevo, y que ese castillo tan frio antaño ahora estuviese lleno de vida.

Apoyada en el gran arco que daba al exterior, observaba una lluvia de estrellas que había atraído a todo el mundo a tumbarse en la hierba y mirar al cielo hipnotizados.

Desde su perspectiva ella podía ver como tras haber sufrido tanto, ninguno de ellos se resistía a dejarse llevar por un poco de magia, la esperanza seguía viviendo en sus corazones.

Una pequeña punzada se alojó en el suyo cuando su vista recorrió el lugar por segunda vez.
Como había dicho en su discurso, esta sería su segunda oportunidad, tenía que dejar atrás el pasado y no permitir que lo que pasó, o quizás lo que no ocurrió, influyese en su nueva vida.

Con sigilo subió las escaleras y se fue a su habitación.

Pese a tratar de convencerse con lo antes dicho, su corazón aún no le daba la tregua que ella pedía...

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After all this timeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora