La respuesta no es la húida

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El sonido de las ruedas frenando. El sonido de los motores perdiendo velocidad.

Y un suspiro.

Unos pasos descendiendo las escaleras hacia el asfalto.

Un hombre esperando al lado de la puerta de embarque.

Un maletero cerrándose.

Una puerta abriéndose.

Un abrigo abotonado hasta el cuello.

Un maullido.

Y un ladrido.

Y unos faros alumbrando un nuevo rumbo.

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Lou le había tendido el sobre. Con su nombre en el destinatario. Es de Danny, le dijo. Y cuando le preguntó porqué no se lo daba el inspector su respuesta fue escueta.

- No pudo seguir esperando.

El moreno frunció el ceño mirando confuso lo que el otro le había dado.

- Leelo, Steve. Cuando acabes te espero en el lanai.

Le vio salir. Una vez solo extrajo las hojas manuscritas. Su rubio compañero nunca había sido fan de las nuevas tecnología. Aún recordaba cuando le enseñó que poniendo el móvil en horizontal el teclado y, por tanto, las letras, se hacían más grandes. Se le escapó una sonrisa cargada de añoranza.

Y comenzó a recorrer lo que el otro había escrito.

"No puedo seguir esperando, Steve. No puedo seguir yendo tras de ti cada vez que te ves inmerso en una nueva locura de misión. Simplemente no puedo.

Mi tiempo en esta isla tenía fecha de caducidad. Y sólo había un motivo que podría hacer que me quedase.

Y sé que es difícil volar cuando le temes a la caída, y soñar cuando no ves la salida. Pero parece mentira que aún sabiendo que eres un hombre lleno de confianza y valor no hayas movido pieza en los 11 años que llevamos esperando a que alguno decidiera apostar por lo que siempre aprendí a creer que era nuestro destino.

Parece que estaba equivocado. Y cada vez que te escapas es una huida para eludir ese futuro. Y, como te digo, yo ya no puedo seguir esperando.

Llegué a Oahu siguiendo a Grace y me voy para seguir acompañándola. Si Grace vuelve a vivir al lado de Jersey es absurdo que sigamos en un lugar al que ya no nos ata nada. Porque lo único que podía hacerme cambiar de idea no ha dado muestra de querer dejar a un lado ese miedo a qué pasaría si nos diéramos la oportunidad de vivir nuestra relación como siempre pensé que deberíamos haberla vivido.

Yo mismo me lo negué mucho tiempo. También tuve mis dudas. Pero tras comprender que no podía cometer de nuevo la locura de intentarlo con Rachel por el miedo a estar sin ti lo tuve claro. Tu eres lo que dabas sentido a mi vida. Tu y mis hijos. Y si tu no te atreves ellos deben ser mi única y exclusiva prioridad. Aún a costa de quedarme solo. Puedo volver a acostumbrarme a sentirme sin nadie que me abrace y me sostenga, Gracie y Charlie al margen, claro.

Me marcho tras mi hija. Y su hermano viene conmigo. Como lo hace su madre. Aunque no vivamos juntos los Williams no tenemos motivo alguno para permanecer allí.

Volvemos a nuestra tierra. Porque como muy bien sabes Jersey es ese sitio que llevo siempre en mi. En mi corazón. Soy lo que soy por haber nacido donde he nacido. Donde está la familia que tanto he echado de menos y que siempre me ha apoyado aún desde los miles de kilómetros que nos separan.

La respuesta no es la huidaWhere stories live. Discover now