Me gusta cuando las gotas resbalan sobre mi,cierro los ojos, intento imaginar cada parte
que va recorriendo y visualizar el punto exacto a donde va a parar, mientras percibo el calor
del sol y el soplar del viento.
Me gusta conversar con él mientras me acaricia, puedo sentir su aliento cerca.
Lo observo detenidamente, poco a poco, cada detalle; las pestañas, la mirada, sus labios,
su lengua, su sonrisa. Se que el hace lo mismo, me ve con interés, con cariño, con
curiosidad, mueve sus manos de una forma delicada.
Le sonrío, le coqueteo e inesperadamente acerca su nariz rozándome ligeramente y siento
un cosquilleo. Puedo sentir el profundo placer que le da mi aroma.
Se que cualquiera podría hacer lo que él hace, pero me gusta su manera de hacerlo.El no
es indispensable como el sol, la lluvia y el viento, extrañamente me calienta, me moja y me
alienta. Me pregunto si eso le sucederá a todas en el jardín, cada mañana que el viene a visitarnos.