La experiencia de un chico que posiblemente esté muerto: Supongo que todos ustedes tienen abierto el Facebook en este momento, o al menos la mayoría. Cuando terminen de leer mi experiencia, seguramente ninguno dejará abierta su cuenta, porque estarán temerosos de que ese siniestro ser pueda haberse enterado de que ya lo conocen, y esté observándolos, deseoso de palpar su miedo, o tal vez su sangre… Mi historia es la siguiente:
Era un día como cualquier otro de esos en que entras al Facebook y te pones a ver el inicio, a ver si alguna golfa desconocida de esas que agregas ha puesto una foto provocativa, si alguien tiene alguna noticia interesante o un comentario que te haga pensar, o si las típicas páginas de chistes han puesto alguna cosa hilarante con los memes de Yaoming, de Forever Alone, de Trollface u otro, o algo inesperado que te saque algunas carcajadas. Así estaba yo; pero, después de haber visto como catorce páginas cómicas, me aburrí y quise cerrar sesión, pero justo en ese instante me llegó una solicitud de amistad.
“Default quiere ser tu amigo”… ¿Default?, ¿quién se pone un nombre tan raro?, ¿acaso era emo, gótico, o uno de esos “tan darks que cagan murciélagos”? Llevado por la curiosidad, en vez de rechazar la solicitud, entré a su perfil y vi que tenía un montón de fotos de gente mutilada, degollada, brutalmente asesinada… En teoría ya debían haberle cancelado la cuenta por infringir las normas, pero actualmente es muy común encontrar chicas que suben fotos que rayan en el porno o tipos que quieren llamar la atención y ponen cuerpos destrozados y otras cosas gore. El tal “Default” pertenecía a la segunda categoría, pero quizá era el presidente de algún club de trastornados o algo así, porque se pasaba tanto que ya tuve algo de miedo y creí que estaba ante uno de esos sádicos que en cualquier momento pueden sacar su bestia interna.
Ahora bien, dentro de toda esa carnicería humana hubo algo que me dejó intrigado y perturbado: en cada imagen sangrienta había solo una víctima, ésta tenía un número en la piel, su identidad (el nombre de usuario de Facebook y el nombre real con apellidos) en la descripción y, si se veían todas las fotos en conjunto (me di el trabajo de verlas…), ningún número se repetía y los números iban desde el 1 hasta el 665. Era curioso, porque con una víctima más se habría completado el número del Anticristo. Por un momento temí que Default fuera un auténtico criminal, pero después me tranquilicé al pensar que se trataba de algún troll perverso que manejaba muy bien el Photoshop y conocía las web gore como la palma de su mano. En todo caso ya no quise ver más, denegué la solicitud de amistad y cerré el Facebook.
Algunos minutos después, recordando que tenía una tarea y que ya alguien debía haberla hecho y me la dejaría copiar, volví a abrir mi cuenta de Facebook y revisé el chat en busca de aplicados o copiones que se me hubiesen adelantado. Yo para ese momento ya ni pensaba en Default, pero el condenado “stalker” me había mandado cincuenta (literalmente) solicitudes de amistad. De seguro el infeliz ya tenía sus métodos para hacer tan rápidamente esas artimañas cibernéticas: ahora sí había logrado irritarme, pero lo ignoré, conseguí que alguien accediera a conseguirme la tarea, y me senté a esperar.
Minutos después me sentí feliz al ver que tenía un mensaje (no había ninguno), creyendo que se trataba de la tarea; pero no, no era la tarea sino un mensaje que decía “Default 666” y que tenía adjuntada una foto mía en que aparecía mutilado, tirado en el suelo, con las vísceras al aire, una charca de sangre alrededor, una descripción con mi nombre de usuario y mi nombre real (que no sé cómo consiguió el tipo), y el número 666 escrito en mi piel… Créanme que me desmayé del susto cuando vi eso…
Al reponerme del terror inicial, lo primero que hice fue comenzar a buscar a las supuestas víctimas en Facebook y en internet. No pude encontrarlas a todas, pero encontré a casi todas en Facebook y, buscando en Google, me enteré de que algunas de esas personas habían muerto (en la mayoría de casos se decía que fueron asesinadas, en los otros no se mencionaba la causa pero supuse que era asesinato), en tanto que, de aquellas que no pude verificar que estuviesen muertas, tampoco pude verificar que estuviesen vivas… Por otro lado, en muchos de los casos de las personas cuyos perfiles encontré en Facebook, pude ver la lista de amigos (algunas personas no dejaban ver la lista si no eras amigo o amigo de un amigo) y comprobar que allí no estaba Default, lo que me invitaba a pensar que habían negado la solicitud…
Ahora no sé qué hacer: estoy deprimido, paso casi todo el tiempo encerrado en mi cuarto, dejé los estudios y estoy con psiquiatra y psicólogo… Me he despedido de todos, les he dicho que moriré asesinado de forma atroz y sangrienta. Nadie me cree pero yo sé que Default vendrá por mí, así que me he sentado a esperar la muerte. Tú no vayas a negar la solicitud de amistad de Default: si ya has denegado la solicitud, despídete de tus padres, de tus amigos, compañeros de curso y vecinos; si todavía no has recibido la solicitud y la llegas a recibir, entonces acéptala, o morirás…