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Los rayos del sol atravesaban las nubes a medida que iba bajando cada vez más y más para luego perderse en el agua, se encontraba en aquel tono naranja, violeta y rosa que tanto admiraba y le costaba plasmarlo en una pintura.

Su lápiz trazó una línea y lo borró, volvió a formar otra línea y esta vez lo dejó. Sonrió para sí misma al ver que su dibujo estaba quedando como lo quería, alejó levemente su bocetero para poder saber con exactitud qué era lo que faltaba en ella. Lo comparó por milésima vez con el paisaje de en frente y prosiguió.

—Sabía que te encontraría aquí.

—Hola, Steven. ¿Qué ocurre? —respondió sin apartar la vista de su dibujo.

—¡Woow! —exclamó cerca de su oído, ésta se sobresalta— ¡Te está quedando increíble! ¿Cómo es que puedes dibujar mi casa y la estatua con esos detalles estando tan lejos de ella?

—Creo que he estado ahí tantas veces que mi cerebro los memorizó, no lo sé.

—Interesante. Yo no logro recordar lo que he almorzado ayer.

La joven ríe ante tal comentario mientras Steven toma asiento al lado suyo en el césped. Se trataba de una colina un tanto alejada de la ciudad, era un buen lugar para estar al aire libre, en contacto con la naturaleza. Resultaba ser un lugar especial para dibujar, según la chica.

—¿Tienes planes para esta noche?

—No en realidad —levanta la mirada hacia Steven—, ¿porqué? ¿Tienes algo en mente?

—Una invitación de hecho. ¡Ven a cenar con nosotros esta noche! —sus ojos brillaron junto con los rayos del sol— Ya sabes, como en los viejos tiempos.

—¡Eso suena increíble! Debo avisar a mis padres primero, pero dudo que haya algún problema. —sonríe tomando su celular.

Steven bajó la mirada levemente observando su bocetero por unos segundos, algo en aquel objeto le llamaba la atención.

—¿Puedo ver tus dibujos? —preguntó, casi de forma impulsiva. Alzó la mirada hacia la joven al mismo tiempo en que ella también lo hizo, sus fracciones se tensaron. Qué horror, ¿la habrá ofendido de algún modo creyendo que sería una invasión a su privacidad?. Steven enderezó la espalda y trató de disculparse de inmediato.

—Claro, Steven, no hay problema. —contestó ella de forma gentil. El joven sintió un alivio en su interior al verla sonreír— No son la gran cosa pero si quieres verlos, está bien.

Ella se lo entregó y luego se dispuso a buscar entre sus contactos el número de su madre. Steven observó la página actual y después el paisaje de en frente, eran casi idénticos, salvo que al dibujo le faltaba colores.

Hojeó las páginas anteriores, algunos dibujos estaban pintados con acuarela pero la mayoría eran a lápiz; flores, paisajes, algunas tiendas de la ciudad, incluso habían bocetos de algunas personas, como la de Sadie en una presentación con su banda. Escuchó a la joven hablar por teléfono pero no prestaba atención a sus palabras, estaba concentrado en los detalles que había plasmado en el vestuario de Sadie en aquel dibujo.

Una sonrisa escapó de sus labios al ver un retrato de León, esta vez el dibujo fue coloreado con lápices de colores. Era increíble lo que aquella chica lograba hacer con una hoja y un lápiz.

Estrella Fugaz ||StevenxLectora|| ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora