One: Blood and Love

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En principios la idea de acompañar a su compañero de departamento a una sesión de fotos sonaba bastante tediosa, teniendo en cuenta de que era sábado por la tarde y podría estar adelantando la descomunal pila de tareas que tenía para la semana.

Pero ahora, viendo el tétrico escenario que representaba aquel mausoleo no pudo evitar pensar que había resultado peor de lo que imaginó.

Sus manos temblaban ligeramente, las tumbas que se apreciaban fuera del lugar donde estaba le ponían los pelos de punta ¿Acaso estaba bien hacer una sesión fotográfica en un lugar así?

El fotógrafo era un amigo cercano de su compañero y necesitaba las fotos para la exposición que tendría su universidad a finales del mes, según entendió, el dinero que recaudarían con el evento sería donado a una fundación que trabajaba creando conciencia sobre el cambio climático.

La mención de aquel punto fue lo único que su ridiculo compañero necesitó para aceptar, arrastrándolo a él porque necesitaba apoyo moral.

— ¿Crees que la sangre falsa es excesiva? Dong Young dice que es muy necesaria.

Sicheng evitó mirarlo, sabiendo que se encontraría con algo que lo sobresaltaría aún más

— Teniendo en cuenta el extraño concepto que tiene todo esto, no, no es excesivo.

Su compañero de departamento desde hace casi un año, Yuta, era la representación más ideal de belleza exótica, y ese día no era la excepción.

Con el cabello ondulado ligeramente largo de tonalidad oscura perfectamente peinado y la mirada carmesí que tendría un ser sobrenatural, Sicheng lo encontraba más atractivo que nunca, sintiendo un constante hormigueo recorrer su cuerpo al verlo ser maquillado y arreglado.

El concepto de la sesión era amor y sangre por lo que la sangre falsa mancillando la nivea piel de sus mejillas y sus manos era necesaria, Yuta representaba a alguien ahogado en el oscuro sentimiento de incomprensión, preso del frenesí del dolor y el placer que obtenía mediante la visión de la sangre.

Sicheng no entendía de donde había sacado Dong Young aquello, pero debía admitir que le gustaba el simbolismo que tenían varios elementos, como el uso de frutos rojos en la representación de organos y el fondo del viejo y descuidado mausoleo que mostraba la decadencia del personaje.

— ¿Estás bien? Si te sientes incomodo puedes regresar, no debí hacer que vinieras —Yuta habló nuevamente, tocando con sumo cuidado las frías mejillas del contrario.

Se atrevió a mirarlo detalladamente por primera vez en la tarde y no pudo evitar quedarse prendado de aquella imagen, de lo profundo de su mirada y lo tibio de las sensaciones que provocaba en su interior.

Le aterraba lo que Yuta despertaba en él, en todas sus fases terminaba suspirando como idiota y preguntándose cuando podría finalmente admitir sus sentimientos, porque él quería a Yuta, realmente lo hacia pero su inseguridad y miedo eran tercos, lanzando argumentos bastante lógicos acerca de como terminaría arruinando las cosas, como su corazón nuevamente se rompería en fragmentos tan minúsculos que terminarían dañando algún punto vital en su vida.

—Estoy bien, me prometiste comida italiana y no pienso irme antes de obtenerla —Sentenció acercándose más hacia la mano en su mejilla, buscando desesperadamente cercanía.

—Adorable, muy adorable —Musitó Yuta sonriendo ligeramente.

La tensión durante sus momentos de cercanía era casi palpable, su corazón clamaba por una liberación a la amalgama de sentimientos románticos que le provocaba aquel japonés de sonrisa sanadora.

—No se supone que debas lucir tan ridículamente enamorado ¿No qué estás sufriendo? —Gritó Yoon Oh en dirección a Yuta, quien de mala gana se alejó de Sicheng.

—Dong Young habló de ambivalencia, así que estoy haciéndolo bien. Además ¡Es mi descanso!

— ¿Estás aceptando tus sentimientos hacia Sicheng? —Interrumpió una tercera voz, Johnny, el encargado de las luces y amigo cercano de Yoon Oh.

—Mis sentimientos por él siempre fueron transparentes —Mencionó sin siquiera mirar al incómodo Sicheng.

Sicheng decidió alejarse antes de que le cuestionaran sobre aquello, no tenía sentido discutir cuestiones tan personales como sus inseguridades con los demás, no, él no necesitaba de sermones positivistas ni de para siempres vacíos, él necesitaba tranquilidad y estabilidad y sabía que obtendría eso si mantenía su herido corazón en una caja de cristal. Lejos de japoneses exaltadores de afectos bruscos.

Sweet Emotion ; yuwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora