¡Maldita azabache!

Parte dos

- Ladybug yo...

Sus palabras fueron interrumpidas por el sonido de un bastón que se aproximaba a su habitación

- Kagami,¿¡Hay alguien en tu alcoba!?

Al escuchar a la madre de la espadachín, nuestra heroína lanzó su yoyo el cual se enredó en el techo de un edificio cercano y antes de marcharse comenzó a hablar en voz baja

-Tengo que irme nos vemos mañana

-Espera, ¿Mañana, volverás mañana?
Respondió con el mismo tono

- No exactamente

Le brindo un guiño y una ligera sonrisa para finalmente perderse en medio de una hermosa noche.

Se abrió la puerta de un golpe y la adulta entró realmente enojada

- Lamento mucho el ruido,madre, dejé la ventana abierta y un insecto entró a la habitaciones,al intentar matarlo hice bastante ruido por lo cual me disculpo.

Hizo una reverencia sintiendo como su corazón se aceleraba considerablemente, tenía miedo de que su madre no le creyera,si se enteraba que estuvo a punto de ser akumatizada por segunda ocasión, probablemente no le perdonaría.

- Dudo de tus palabras pero como ya estás enterada mañana tomaré un vuelo a Tokio por lo que necesito descansar, así que hablaremos de ello en mi retorno

- Así será madre

Finalmente levantó su rostro y al asegurarse que ella ya se había ido a su habitación soltó un suspiro de alivio, y volvió a su cómoda cama.

- No puedo creer que por segunda vez iba a ser akumatizada y por culpa de la misma persona,tks realmente te odio Marinette

Se dió media vuelta y se cubrió con las sábanas hasta la cabeza para terminar dormida profundamente.

Al despertar al día siguiente su madre ya se había ido, no era nuevo,ella siempre se iba sin despedirse, desayunó sola y se fue a la escuela con decenas de suéteres y bufandas porque había sido tan distraída que olvidó cerrar la ventana y enfermó.

- Paso algunos minutos contigo Marinette y ya me contagiaste lo idiota

Bufó mientras terminaba de limpiarse la naríz

- Agradezco al cielo que al menos no asistimos a la misma escuela o tendría que soportar tu tonta presencia

Seguía enfadándose con aquella azabache sin motivo alguno, reclamándole a la nada, afortunadamente estaba sola en casa y nadie podía escuchar sus berrinches... excepto su chófer que esperaba afuera y ya estaba acostumbrada a escucharla.

Llegaron a su instituto, no tenía amigos debido a su madre y reputación, no le afectaba porque ya estaba acostumbrada o al menos eso pensaba. Él día transcurrió con normalidad, con algunos mareos y congestión nasal pero ya solo faltaba una clase antes de poder ir a casa y descansar

- Seguramente Marinette no tiene que ir a la escuela si está enferma,no por supuesto que no, con una sonrisa tímida y disculpas tontas convence a sus padres y maestros para que le den permiso de faltar

Susurraba para ella misma en su asiento cerca del escritorio, era la hora del descanso así que no habían personas en el aula. Finalmente sonó la campana e instintivamente sonrió al saber que pronto se iría del lugar

- Bueno, al menos no tendré que verla por un largo lapso,al menos hasta que Adrien y yo salgamos

En ésta ocasión lo pensó mientras sacaba de su mochila su libro y libreta de historia.

- "Muy buenas tardes chicos,el día de hoy hablaremos de la historia de la moda en París,la cuál es realmente importante,para ello dos alumnos del instituto vecino del club de diseño de modas han venido a hablarnos un poco del tema..."

- El instituto vecino?¿No es donde asiste Adrien?

- " Por lo cual les pido un aplauso de bienvenida para el joven modelo Adrien Agreste y la señorita Marinette Dupaing Cheng,ganadora de uno de los concursos de Gabriel Agreste"

Sin decir alguna palabra, Kagami se levantó del lugar y mientras Adrien y Marinette entraban ella salió sin siquiera mirarlos, cuando ambos jóvenes estaban a punto de iniciar la exposición se escuchó un "¡ME LLEVA LA...!" proveniente de los sanitarios femeninos, cada vez le costaba más controlar sus emociones.

Después de clases tuve que pedir un permiso para ausentarme un día por enfermedad, no porque yo quisiera si no porque una maldita azabache le dijo a la profesora que yo me veía muy enferma y que no debía asistir a clases estando así. Supongo que al final de cuentas lo necesitaba,me dolía cada parte del cuerpo y sentía un frío descomunal. Regresé a casa, dejé un poco de té calentarse y me recosté mientras esperaba,sin darme cuenta quedé dormida.
Escuché el sonido de una taza sirviéndose, a pesar de mi condición me levanté y bajé sigilosamente,a penas divisé una silueta me avalancé contra ella terminando encima suyo sujetando sus muñecas,estaba encima de una chica.

- ¿Marinette?

Continuará...