Era un día soleado bien lindo, los pajaritos danzaban y las nubes se movían nubosas siendo nubladas. Aquel soleado, danzoso y nuboso día, decidí correr rápidamente hacia el supermercado, pues iba a tomar unos panqueques, pero se me cayeron al suelo los últimos huevos de gallina que tenía guardados en el refrigerador.
Cuando entré por la puerta de la tienda hacia dentro, entré en el interior del dentro. Me apresuré rápido hacia el mostrador, con prisa pregunté a la dependienta donde se encontraban los huevos, pues estaba hambriento. Ella era de tes pálida, con los ojos pardos y el cabello dorado. Cuando me señaló a que callejón de la tienda debía ir, corrí apresuradamente veloz hacia el lugar indicado por la señorita dependienta.
Tomé la docena, y corrí velozmente de nuevo a la chica de ojos pardos para pagar la docena y poder hacerme unos deliciosos panqueques, puse los huevos en la caja y la chica fue a tomar los pesos que sostenía firme en mi mano derecha, cuando ella rozó sutilmente mis táctiles, corrió por mi espina un espeluznante chispazo, el cual me daría un trauma de por vida, me forzó a violarla.
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Diario de un violador
RomanceDesde que me topé con cierta persona de cabellos dorados. descubrí que era el sistema el que me forzaba a aserle el amor a quien me tocara