Remendando un lazo roto [[STONY]]

Recuerdos

— Stark! — Tony puso los ojos en blanco mientras salía de su armadura, acababan de llegar de una misión y — como siempre — el castaño había desobedecido el plan inicial poniendo de nuevo su vida en riesgo — Detente ahí mismo — haciendo caso omiso, Tony se dirigió a su habitación a tomar una buena ducha, sin embargo, justo cuando iba a poner un pie en su habitación... — Anthony — suspiro irritado

— ¿Qué quieres Rogers? ¿Acaso no te das cuenta? No me importa cuántos planes hagas, jamás haré caso ¡Date por vencido! — decía mientras apuntaba con su dedo el fornido pecho del Alfa

— ¡Lo hago para protegerte! ¡Maldita sea! —

— ¡¿Protegerme!? ¡No soy un estúpido e inútil Omega! ¡Puedo hacerlo sólo! — gritó más que irritado

— ¡Eso no fue lo que dije! —

— ¿¡Ah, si!? ¡Entonces que demo-! —

— ¡No quiero perderte, Tony! — gritó tomando los brazos del más bajo, observando su rostro sorprendido y sonrosado — Me gustas, como no tienes idea — habló bajando sus manos hasta tomar las contrarias — No podría permitirme que salieras lastimado — Tony observó los ojos preocupados de Steve, pero su cerebro aún intentaba procesar lo dicho por Steve ¿Acaso el gran y valeroso capitán estaba flechado por ¡Él!? — Aún cuando chocamos tanto... — suspiro y apartó sus manos. Tony aún no podía creerlo, o sea, a él también le gustaba Steve ¡Pero siempre creyó que alguien como el cap le correspondiera! Por eso siempre lo trataba... bueno, de esa manera, para evitar revelar aquellos sentimientos — Tony, Di algo — pidió, al menos, quería escuchar como era rechazado, pero lo que vino no se lo espero, fue mucho mejor. Los labios de Anthony contra los suyos, encajaban a la perfección, eran dulces, eran suaves, era mejor de lo que alguna vez imagino

— No imaginé que al correcto capitán le gustaría alguien como yo — murmuró despegando sus labios, Steve, sin dar respuesta, beso nuevamente aquellos apetitosos labios

— Déjame cortejarte Tony — el rubio acarició su mejilla con delicadeza, como si temiera romperlo — Por favor — el genio sonrió y asintió levemente, oh... esto sería divertido

— Steve... — pequeñas risitas sonaron por el pasillo de la casa en la cual se estaban hospedando

— Casate conmigo Tony — murmuró besando el cuello del más bajo

— ¿Eh? — Steve se separó del castaño para sacar un lindo anillo de su bolsillo

— Yo... uh — un sonrojo se empezó a apreciar en las mejillas del Alfa - Me acobarde en el restaurante — El rubio escuchó la risita de Tony, haciendo que él también riera — ¿Entonces... que dices? —

— No — el corazón de Steve se oprimio

— V-Vale —

— Si no te arrodillas y lo haces como es debido — el alfa observó a su Omega ilusionado, casi como un robot hizo caso a lo pedido, arrodillandose ante Tony estiró el anillo y con una gran sonrisa se lo pidió