Capítulo 11

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— Buenas tardes, señora Jung.— saludó Jungkook cordialmente.

— Oh, Jungkook, qué sorpresa.— dijo, al parecer, gratamente sorprendida.— Pasa, cariño, no te quedes ahí fuera.

— Muchas gracias.

— ¿Vienes a ver a Hoseok?— le preguntó cerrando la puerta.

— Pues... — rezaba porque aquello saliera bien. Oh, Dios ¿En qué se había metido?— En realidad no.— se esforzó infinitamente por que pareciera que no había roto un plato en su vida.— He venido a ver a Jiwoo, ¿se encuentra?

Cuando la madre de su amigo sonrió complacida, supo que la tenía en el bote.

— Oh, pues claro que sí, ¿vais a salir?— Hoseok no mentía cuando le decía que, para él, convencer a su madre sería pan comido.

— Sí.— carraspeó algo incómodo.— No se preocupe, la traeré a casa yo mismo.

Tampoco le hizo falta insistir demasiado. En cuestión de segundos, la hermana de su amigo se encontraba bajando las escaleras con una mochila sobre su hombro.

Ambos se sonrieron aliviados y se despidieron de la señora Jung, sin levantar ni la menor sospecha.

— Pasadlo o bien, chicos.— dijo guiñándole un ojo a su hija.

Quizás esta ya se había olvidado de aquel problemático chico. Jeon Jungkook era mejor partido para ella, de eso estaba segura.

Jiwoo solo rodó los ojos.

— Adiós, mamá.— le dio un beso y salió casi arrastrando a Jungkook fuera de esa cárcel que, ella consideraba, tenía por casa.

Nada más cerrarse la puerta, la menor abrazó fuertemente al pelinegro.

— Gracias, gracias, gracias.— repitió.

— El pesado de Namjoon y tú me debéis una, mocosa.— Resultaba que, su Taehyung, había tenido la maravillosa idea de utilizarlo a él como excusa para que permitieran a la castaña salir. Así podría verse finalmente con su amado y, de paso, darse una buena fiesta en casa de los Kim.

Obviamente no había sido capaz de negarse.

— Lo sé.— dijo sonriente.— Estoy deseando pasar un rato con él, en el instituto a penas nos da tiempo de cruzar unas palabras. Además, ya tenía muchas ganas de salir, necesito despejarme.

Él le sonrió comprensivo.— Anda vamos.— dijo haciéndole un gesto con la cabeza.— ¿Traes tu disfraz?

— Aquí mismo.— respondió señalando su mochila.

En unos minutos se encontraban frente a la casa de los hermanos Kim.

Fue Taehyung quien abrió la puerta e, inmediatamente, se abalanzó sobre su amiga.

— ¡Ha funcionado! ¡De verdad te han dejado venir!— gritó a la vez que daba pequeños saltitos.

Jungkook pensó que era lo más adorable que había visto en su vida.

— Gracias a la increíble actuación de Jungkook.— respondió Jiwoo.— Y a ti por idearlo todo y convencerle. Rezad porque mis padres no se enteren de esto.

— Sigo sin entender por qué tu madre tiene preferencia conmigo.— se escuchó al pelinegro.— Ni siquiera me conoce tanto.

— Lo que sí conoce a la perfección es la empresa de tu padre, créeme.— rió la castaña.

En ese momento apareció Namjoon, saliendo de la cocina. Las cajas y cajas de bebidas (alcohólicas) que transportaba reflejaban claramente su idea de lo que era una buena fiesta.

Demasiado niño [kv] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora