Estrellas Fugaces

114 17 3
                                    

Disclaimers: los nombres de los personajes pertenecen a Rowling, no a mí.

[O]

Ginny y Draco se observaron, las lágrimas caían por los ojos de la pelirroja mientras él recitaba partes de un discurso mal ensayado, no podían seguir viéndose mientras la guerra siguiera, era peligroso para ella, y era el segundo chico que la terminaba por esos motivos, lo sorprendente en esos momentos, es que no le había tomado demasiado enamorarse de Draco. No se había enamorado de la noche a la mañana como Padma pensaba, pero no había tardado seis años como con Harry, acercó su rostro al de él y lo besó, sollozó desconsolada y él en contra de su persona la abrazó, estaba helada, mientras que él estaba cálido.

—Cuando Potter gane volveremos a vernos; estaremos juntos, y nada va a separarnos, porque te amo, Ginny.

[O]

El humo del tren había comenzado a salir, el ruido anunciaba más que el reloj en la pared que el expreso a Hogwarts estaba por marcharse, le sonrió al pequeño niño de once años frente a ella y acarició su rostro, éste la abrazó por órdenes de su padre y se alejó aliviado de ellos.

—Ah, mira quién también trajo a su hijo al andén –sonrió su marido, haciendo que ella siguiera la mirada hasta la persona.

Ahí estaba, alto, guapo, acomodando la túnica de gala del pequeño niño, que obviamente estaba tan presentable como su padre, era rubio, y había heredado los ojos grises y todo de su familia paterna, bueno, Ginny no lo conocía, posiblemente también era un alma buena como su madre, Astoria Greengrass, ahora Malfoy.

Los recuerdos acudieron a ella como una ráfaga de estrellas fugaces pasando sobre el cielo, los besos, las promesas sin cumplir ¿por qué Draco no había vuelto por ella como lo prometió? Su vida sería muy distinta, sería feliz, por mucho que Harry Potter fuera un gran hombre, un gran esposo y padre, ella no se sentía feliz, desde que Draco la había dejado aquella noche sobre la torre de astronomía que presenció la promesa de Draco, al que ella pensó que estaba enamorado, no había sido así.

—Es hora de irnos –murmuró ella, dando la espalda a la familia Malfoy.

—Te cae peor que a mí –bromeó.

—No me cae mal, es sólo que... no hay nada en común entre nosotros.

Salvo noches sin dormir, besos apasionados y palabras de consuelo, pero esas cosas habían quedado en los lejanos años, unos manchados por el odio, el miedo y los bandos de una guerra por librarse, una guerra que los separó, y por más que ella lo deseo, sus caminos no volvieron a cruzarse, él la eligió a ella, y con el tiempo, su vida se unió a la de Harry, su cariño floreció en tres hermosos hijos, que aunque no cambiaría por nada, su felicidad esperaba mientras sacudía la mano despidiendo a su hijo, abrazado de su esposa.

Draco la observó marcharse, en cuanto la cabellera pelirroja entró al lugar, fue imposible no localizarla, habían pasado los años y seguía amándola, sin embargo no volvió por ella ¿cómo hacerlo? Si contrario a lo que todos pensaban, Fred Weasley había muerto por su mano, y no por aquella explosión que pensaron que había ocasionado Rookwood.

[O]

Este drabble es parte del Drinny-Con 2019, organizado este año por la página de Facebook Drinny All The Way.

Estrellas Fugaces.Where stories live. Discover now