Un Alma Única (Camren)

Capítulo 2

Parpadeé mientras miraba la pintura en silencio. Camila Cabello, la chica grosera que había hecho que Gatti casi levitara de la frustración. ¿La... hija de Sinu Cabello?

"¿Y qué, por todos los cielos, está haciendo una pieza de este calibre aquí, agrupado con los de los estudiantes que tienen mucho que aprender?" Me volví hacia Luke, el portavoz no oficial de este grupo.

"Estoy en mi tercer semestre aquí", dijo Luke. "Durante ese tiempo, me las arreglé para vislumbrar el trabajo de Camila en bastantes ocasiones. Es una pintora increíble, pero nuestra directora, su madre, no quiere que nadie vea ninguno de sus trabajos".

"Eso no tiene el menor sentido". Puse mis manos en mis caderas y examiné la pintura de la niña desde todos los ángulos. "Si el resto de sus piezas son tan buenas como esta, ¿por qué nunca he oído hablar de esta joven?"

"Porque su madre la mantiene encerrada en el ático". Una de las chicas, inspirada en Goth, de cabello negro y con toneladas de maquillaje, habló con desdén. "La viste antes."

"Ulli, por favor. Nadie ha encerrado a Camila". Luke sacudió la cabeza. "Sin embargo, desde que Gatti comenzó a enseñar aquí, ¿quién sabe? Él es quien siempre habla de llaves y cuidadores".

"Eso es porque Camila no compra sus credenciales". Ulli se mantuvo firme. "Personalmente, creo que Camila asusta a esa pequeña comadreja".

Por mucho que estuve de acuerdo con la evaluación de Gatti de esta Ulli, no estaba preparada para dejar que estos jóvenes se desviaran. Estaba parada frente a algo inimaginablemente bueno, y si esta Camila tenía más de esto, quería su trabajo en mi galería de Manhattan.

"¿Cómo puedo ponerme en contacto con Camila Cabello?" Me volví hacia Luke, quien parecía ser el más cuerdo. "¿Alguien tiene su tarjeta o su número de celular?"

"Buena suerte con eso, Sra. Jauregui". Otro de los estudiantes, uno de los jóvenes desgarbados, resopló. "Dudo que Camila se molesta con alguno de los dos".

Por supuesto, las tarjetas de presentación no eran cosa de todos los pintores, pero ¿quién en el mundo de hoy no tenía un teléfono celular? "Está bien", dije lentamente. "¿Donde trabaja ella? ¿Dónde vive?"

"En el ala sur. Ella tiene su estudio allí, creo. Al menos eso es lo que dijo uno de los conserjes". Luke frunció el ceño. "Yo nunca he estado allí. Ninguno de nosotros lo ha hecho".

"Escuché que ella solía vivir en este lugar elegante justo en Beacon Hill antes, pero tuvo que mudarse aquí hace aproximadamente un año. No estoy segura de por qué". Ulli sacó la mitad de su chicle, lo hizo girar alrededor de un dedo manchado de pintura y se lo volvió a poner en la boca.

"Entonces, guíame en la dirección correcta", dije, empezando a seguir esta situación de inmediato, preferiblemente antes de que Sinu y Gatti se dieran cuenta de lo que estaba haciendo y me echaran. "Todavía no entiendo por qué Sinu Cabello no capitaliza el talento de su hija cuando eso atraería toda la atención que desea para su escuela. Miré a los estudiantes, que lograron parecer incómodos, todos ellos al mismo tiempo.

"Nuestra directora no está anunciando el talento de Camila porque su hija es retrasada". Ulli se encogió de hombros. "Eso o está loca, dependiendo de qué día de la semana surja el tema". Levantando las manos en el aire, Ulli hizo una mueca a sus compañeros de clase. "Oye, no soy yo quien dice esto sobre Camila. Su madre lo hace cuando le está gritando a su otra hija".

Entonces Sinu y su hija estaban discutiendo sobre Camila. ¿Quizás la hija se sentía mal por cómo su madre trataba a su hermana? El escenario era intrigante sin importar qué.