Capítulo 4- Ilusion

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Me cayeron encima decenas de cadáveres en el mismo estado o peor del que mi amiga. Esto definitivamente tenía que ser la casa de un psicópata.
Súbitamente entro un chico a la habitación; me miró, yo quede congelada de la impresión se congeló hasta mi corazón. Me ahogaba de desesperación ; em su mirada mostraba frialdad pero compasión , parecía haber estado llorando ya que tenía los ojos rojos e hinchados.
Como pude, fui retrocediendo hasta chocar con un machete en el piso el cual recogí y empuñé rápidamente; temblando le grité:
- ¡¿Quién eres y qué le hicistes a Laura?!
El se limitó a bajar la mirada y no responder nada.
- ¡Si no me respondes te mataré! - le volví a amenazar
Luego de unos largos segundos de tensión suspiró y dijo:
-Acompáñame
¿Es enserio?¿solo eso? Pero bueno al principio tuve miedo porque sabía que me podía matar pero tenía que arriesgarme así que lo seguí .
Llegamos a una habitación agradable para mi sorpresa. Él se sentó en la cama y palmó a su lado haciendo señal de que yo me sentara, tenía mucho miedo pero acabé cediendo.
Yo me limité a observarlo detenidamente y a mirar cada expresión facial de su rostro o por lo menos lo que lograba ver con su pelo negro azabache que casi cubría sus ojos también oscuros, era blanco y de piel perfecta como la porcelana, delgadito...Derrepente suspiró pesadamente, cosa que me hizo sobresaltar y el soltó una Rosella pero casi como por obligación volvió a tornar su rostro serio y dijo:
-Tu amiga Laura, era mi novia, ella misma me ordenó que yo la matara y sin dejar huellas...verás- prosiguió- ¿recuerdas toldos esos asesinatos en tu casa y sin rastro?- yo me limité a asentar lentamente- pues bueno, ella fue la culpable, ella era la asesina en serie que no dejaba huellas. Yo solo la quería y - el no pudo contenerse comenzó a derramar miles de lágrimas.
No podía creerlo ¡no quería creerlo! Pero no me quedaba otra ¿cómo sabría si decía la verdad o no? No podía saberlo; en este caso solo tenía dos opciones: creerle o no.
A pesar de todo lo consolé. Pasados unos minutos volvió a hablar :
-¡Te lo juro yo no quería hacerlo!
Yo no le creí; me armé del puñal, mucho valor y sangre fría y lo maté, le clavé el puñal en el pecho y en cuestión de segundos falleció.

Cuando tenía las respuestas me cambiaron las preguntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora