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[Narra Emilio]

Pase mucho tiempo huyendo,huía de mi,de mi pasado y de mis miedos,porque cada que comenzaba a acostumbrarme al lugar en el que estaba,su recuerdo volvía,ella regresaba y no podía con el peso de la culpa sobre mi alma.  Así que corría lejos de todo y volvía a empezar.

Corría sin mirar atrás,corría rápido para alejarme de aquel recuerdo,  corría en aquella solitaria calle únicamente alumbrada por los faros de la carretera.

Yo tenia solo 15 años,era muy débil,no sabia lo que pasaba.

Es tu culpa,es tu culpa

No puede evitarlo,no sabia lo que hacía.

Tenia miedo y mis manos temblaban,la lluvia mojaba mi rostro y cubrirá mis lágrimas.

Es tu culpa Emilio,Es tu culpa

No,no lo era no podía serlo,fue un accidente 1¡puedo explicarlo!,¡yo no quería el me obligó!,el lo provoco y ella pago por eso,ambas lo hicieron.

Yo solo quería salvarla,solo quería sacarla de ahí,no fue mi intención,de joven no sabia lo que ocurría solo obedecía ordenes,el me dijo que hacer y yo tuve que obedecerlo,porque de no ser así habría empeorado.

Lo siento,lamento todo lo que paso pero por favor basta,deja de carcomer mi alma por favor detente.

¡Todo esto es tu culpa!
.
.
.

¡Ya basta!–grite al despertar,aquel horroroso sueño nuevamente me atormento al dormir.

Mire el reloj junto a mi cama, 7:30 am,no llegaría a la primera clase pero tampoco me permitiría faltar a la segunda.

Bufé un poco y me estire para levantarme,estaba algo sudado debido a la pesadilla así que me oli un poco,no parecía tan grave por lo que pospuse el baño,me vestí y salí de mi pequeño hogar con mi mochila en el hombro.

La escuela fue en lo que cabe normal,como siempre lo era desde que llegué hace 5 años.
Este pequeño pueblo de era de lo mas tranquilo.
Aquí conocí personas maravillosas,mis amigos estaban siempre conmigo sin embargo desconocían mi pasado,y así me gustaba,prefería que conocieran mi presente a ser juzgado por mis demonios ellos me pertenecían y nadie más puede salvarme de lo que fui.

–Pero no lo entiendo...yo lo repare ¡Te lo juro!–insistió Diego, mientras yo revisaba su auto.

Nuevamente aquella carcacha nos había dejado varados en medio de la calle.

–¡Ay aja!,lo mismo dijiste sobre El gatito en el árbol la semana pasada–se burló Mónica saliendo del auto–¿Que fue lo que dijo Sara?...

–Quédense aquí chicas yo salvare al animalito–dijeron al unísono imitando a mi amigo.

Los tres reímos a excepción del chinito.

–Ya déjenme en paz,porque si no ¡mañana se regresan a pie!–amenazo firmemente.

–¡Uyyy pues perdón! Ni aguantas nada Diego–rió Sara recargando su brazo en el hombro de mi amigo.

Yo solo reía por sus discusiones,aveces podían llevarse muy bien pero otras parecía que tenían 5 años en lugar de 17.

–Creo que ya está...–dije cerrando el capo de auto–intenta encenderlo...

Le aventé las llaves y el auto prendió afortunadamente.  Las chicas me aplaudieron de forma irónica y yo le seguí el juego haciendo varias reverencias.

Ahí estábamos los cuatro,riendo en medio de la calle hasta que el claxon de otro auto nos obligó a movernos.

–¡Miren esa belleza!–dijo Sara mientras mirábamos el lujoso automóvil pasar de largo.

🍁•COLIBRI•🍁 [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora