No es que estuviera obsesionada, pero él me había dado todas las señales y ahora era como si nunca hubiese existido. No soy precisamente el tipo de mujer que quiere saber de él todo el día, por supuesto que no, pero si me molesta un poco no saber si piensa en mí o no.
Tal vez sonaré algo apresurada, pero creo que lo amo, o bueno, lo que puede considerar una persona que stalkea superfil de Facebook a la primera oportunidad, inclusive si es cada cinco minutos. Pero es que lo amo, eso me dice ese sentimiento en el pecho… ¿o en mi estomago? Sabía que debí poner cuidado en esas aburridas clases de biología… ¿o química? Porque siento tenemos química… en fin.
De mis clases lo recuerdo a él en las últimas hojas de mis cuadernos, inclusive en las primeras, en una pequeña esquina. No es que escribiera sobre él todo el día, pero nadie debía enterarse que algunas de las páginas de mis cuadernos ya se estaban quedando sin espacio para escribir, en especial las últimas.
Quienes saben sobre nosotros, dicen que no es lo que yo pienso. Pero, es que ellos no saben lo que yo sé, porque estoy segura que ni él se conoce como yo lo conozco. Es perfecto, en todo sentido. El cómo toca a alguien, el cómo gesticula, como mira, su egocentrismo,el cómo le gusta estar con una y otra, y otra. Nadie lo ve tan claro como yo: él está tratando de encontrarme y yo aquí esperando una señal para actuar ¡Que idiota!
Nadie lo sabe, pero cada centímetro de mi cuerpo lo llama. Eso hace que me sea casi imposible estar con alguien más, oal menos eso es lo que el tequila me deja creer y recordar. Recuerdo cuando salía del colegio, cuando andaba en la calle, en conciertos, cuando estaba con sus amigos, cuando hacia música y cuando no. Cuando estaba feliz, triste, gordo, flaco, cuando era total y simplemente… perfecto.
Pero, al fin, me decido a hablarle.Ya tengo todo preparado. Es como si todo se confabulara a mi favor. Él no sabrácómo nos encontramos tan casual, ni sabrá porque en mi universidad se dañó misteriosamente la fotocopiadora en el momento justo en el que yo, necesitaba sacarese libro que me prestaron solo por hoy, no sabrá que tuve que ir a su universidad por las copias porque el tráfico que causo un accidente no permitiría que me moviera de ese trayecto. Accidente en el que, un estudiantede mi universidad, misteriosamente perdió el control de su vehículo y terminó frente a un camión, donde fallecería.
Él no sabrá que gracias a ese trancón, yo llegaría en el momento justo que saldría de la clase de literatura. No sabría siquiera que yo soy amiga de la compañera que le pediría ir a la fotocopiadora a sacar las copias que le acaban de dejar, y más importante, nosabría que yo estaré ahí casualmente.
No sabría que mis manos untadas de tinta, habían cortado los frenos. Que me tocó levantarme tres horas antes para hablar con su amiga de la importancia de aquellas copias a sacar justo después de clases, y que no sabría que cuando me viera sentiría amor a primera vista.
Lo que yo no sabia es que en el momento justo en el que el y su amiga daban los primeros pasos para cruzar la calle, ese conductor que había decidido ahogar sus penas bajo el alcohol; acelero su corazón y su automóvil y acabaría con la vida del amor demi vida.
¿Acabar? Que estupidez. Ni la vida misma podría acabar este amor. Porque no es un amor terrenal, de esos que se sienten una vez al mes ¡No señor! Este amor me costó mucho tiempo y esfuerzo,muchos sueños, ilusiones y alucinaciones.
Gracias a esto entendí que la vida era de acciones, no de planes. Dejé mi solicitud de cambio de universidad sobre el escritorio, mi celular en el nochero, empaqué lo necesario sin que nadie lo notara, y me despedí de mi madre pidiéndole la bendición como todos los días, antes de tomar camino al cementerio a mi encuentro con él.
Se veía perfecto, como siempre. Apesar de los tres metros bajo tierra, yo lo veía perfecto. Me recosté sobre su tumba, saqué de mi maleta la nota y la navaja que había tomado sigilosamente del nochero de mi padre, y corté mis venas. Como no sabía cuál era la importante, corté todo lo que encontré y me recosté de nuevo, para poder dormir en el lecho eterno de mi amor. Espero que cuando nos encuentren escriban una historia como la de Romeo y Julieta. Y que esa nota que dejé al lado de mi mano, ensangrentada, pueda leerse a pesar del rojo líquido sobre ella. Pero lo que más espero, es que todos digan, que nuestros cuerpos, estaban destinados para terminar juntos.
GRACIAS POR TOMARSE EL TIEMPO DE LEER MI RELATO...
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