◜Prólogo.◞

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19 de abril, 2018.

La regordeta mujer caminaba a paso apresurado por el largo pasillo que la llevaba a su destino. Sus manos sudaban al no entender el verdadero motivo de encontrarse en ese lugar, al no tener idea de para qué fue llamada a la agencia del Héroe número dos.

A su lado una alegre pelirrosa , que conocía debido a su fama como heroína, trataba de hacerle conversación , sin embargo su mente maquinaba tantas posibilidades de su encuentro ahí que no lograba ponerle la debida atención.

-Es aquí Señora Midoriya.- La chica sonrió abriendo la puerta para que entrara.- Katsuki, la señora Midoriya.- La peliverde alzó la mirada intimidada ante el hombre de casi treinta años, imponente y musculoso y que fácilmente le sacaba medio metro de altura, lo sabía a pesar de que éste estaba sentado detrás de una pulcro escritorio de caoba oscura.

Suspiró nerviosa. Los ojos del hombre se clavaban en su rostro como analizandola hasta que movió su mirada a la chica y habló.- Puedes marcharte, Mina.- La chica le dió una cálida palmada en el hombro a la señora de manera confortadora. Algo en Inko le decía que el hombre no era exactamente fácil de tratar.

-Bakugo Katsuki.- El rubio estaba de pie al lado de su silla confirmandole que era extremadamente alto. Rápidamente avanzó en la oficina hasta estar frente a él e inclinar la cabeza.

-Mucho gusto. Midoriya Inko.- Escuchó como la silla volvía a ser ocupada por el hombre.

-Puede sentarse.- La mujer acató.- Seguro preguntará cual es el motivo de mi llamado hasta aquí.- Katsuki miró casi enternecido a la temblorosa mujer, notando el parecido a Izuku en ella. Sonrió de manera arrogante.

Todo aquel miedo que podía promulgar le era bastante beneficioso en algunos momentos, debía imponer cierto respeto para lograr que la mujer accediera a sus peticiones que en realidad eran bastante descabelladas, todo era estrategia y aunque podía tomar una gran ventaja de ello en muchas situaciones, esta en particular debía ser un poco más amable. A veces se podía llegar a la meta con un poco de trampa.

-Antes de que vayamos al punto, ¿desea beber algo?- Trató de suavizar su ceño, relajar los músculos de su cara, caminó hacia la pequeña nevera que tenía en la oficina, notó de inmediato como la mujer relajaba un poco sus hombros antes de asentir brevemente.

-Agua estaría bien, muchas gracias.-  Tomó un vaso y una botella con agua antes de entregarsela. La mujer sonrió cortamente, Katsuki asintió hacia ella antes de tomar asiento en uno de los sofás del lugar, tratando de hacer las cosas un poco menos informales y forzadas.- ¿Es sobre Izuku, cierto?

-Lo és, he estado revisando su expediente y sus grandes logros a lo largo de los dos años que lleva en la academia, sin contar su gran habilidad al poder controlar sus quirks múltiples y he llegado a la conclusión de que lo quiero.- Respondió sin tapujos. Los ojos de la mujer se iluminaron con felicidad.

Inko no podía creer que el héroe número dos en el ranking estuviera interesado en tener en su agencia a su hijo, sabía lo gran fanboy que Izuku era del hombre, lo mucho que lo idolatraba. Al imaginarse la reacción de su hijo al escuchar las noticias la hacía sonreír con orgullo y emoción aquello sería un gran sueño cumplido para su hijo y lograría tener mejores calificaciones de las que ya tenía.

-¡Izuku se pondrá tan feliz!- Exclamó alegre. Sin embargo al mirar el rostro del rubio y  al pensar en ello encontró un detalle, algo que obvió de manera estúpida por la emoción.

Eso no era asunto suyo.

Si bien ella era el adulto responsable de su hijo, las cuestiones sobre las pasantías le correspondían a la escuela y ella solo debía firmar algunos papeles, nunca nadie la había contactado directamente.

-Verá, - Empezó el hombre antes de tomar un poco de su propia agua.- Midoriya me ha impresionado de manera muy positiva, su desempeño como aspirante a héroe profesional va en aumento y puedo ver en él gran madera de héroe, sin embargo eso es algo que ya hablé con UA y los papeles para su ingreso en mi agencia han sido enviados.- Katsuki se incorporó acomodando sus codos en sus rodillas. La mujer dejó de respirar.

No entendía nada, todo eso era confuso y no tenía ningún sentido, no encontraba un verdadero motivo por el cual Bakugo hubiera pedido su presencia en su oficina si no era relacionado a la carrera de héroe de su hijo. O ningún motivo que ella supiera.

-¿C-cual es el motivo para que yo esté aquí entonces?- Preguntó angustiada, todo eso le ponía los nervios tope.

-El verdadero motivo de su presencia es porque quiero llegar aun acuerdo sobre el futuro de su hijo, pero no solamente como héroe profesional.

-¿E-entonces, por qué...?- Una sonrisa lobuna, tan rápida como un flash, recorrió el rostro del hombre. 

-Porque quiero contraer matrimonio con su hijo.- Inko sintió como su corazón se detenía. - Usted está aquí porque quiero pedir la mano de Izuku.

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Contrato Nupcial. |KatsuDeku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora