Amelie

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Y se fue así sin más, sin decir adiós.
La vida que tomo en Madrid no era mala, pero él sentía que no podía aprovecharla al máximo. El estar enfermo lo tenía deshecho; si no fuera por la esperanza de que su médico encontrase una cura y el pudiese volver con su amada, su vida no valdría la pena.
Todos esos pensamientos vagaban en su cabeza mientras esperaba a su esperanza de vida, su doctor, quien salía del laboratorio con cara de pocos amigos.
Ahí fue cuando se enteró de que no se podía, el no viviría mucho más, al menos no cuerdo. Ahí comenzó a recordar cuando la conoció, una noche tormentosa salía de trabajar en la oficina, al cruzar la calle para poder subirse al ómnibus, una luz se acercaba a gran velocidad, no pudo reaccionar a tiempo y lo atropello. Al llegar al hospital lo atendió una amable doctora; había una chica a su lado, al parecer era estudiante, cruzaron miradas y sintió como su corazón se detenía. Siempre estuvo allí, desde el primer problema. Estuvo internado varios días, ella era quien estaba de guardia. Días después de haber salido de la internación, se la cruzó en la calle, le pidió su número y la invitó a un café. Allí empezaron a conocerse, jamás creyeron que irían a enamorarse como lo hicieron.
Los próximos meses luego de enterarse de la decepcionante realidad, fueron de total tristeza y soledad para él, así que decidió hacer lo esperado; acabar con su vida, pero no antes de verla a ella, el amor de su vida, al menos una vez más. Ese mismo día tomo un avión hasta su localización.
Ella jamás supo su paradero, hasta ese momento en que entró al hospital en el cual trabajaba, como solía hacer todas las noches. Ese hospital triste, desagradable y hermoso, como un jardín en otoño, tan lleno de vida pero tan vacío a la vez.
Corrió hacia el para poder acompañarlo en sus últimas horas, minutos, o segundos... Lo que fuese que le quedará. Solo quería pasar el tiempo perdido con el, el amor de su vida.
Hacia 2 años que no lo veía, que no escuchaba su voz. ¡Ahh, su voz! Una hermosa y simple melodía que podía hacer que se olvidara de todo, con un simple "hola" daba vuelta su mundo. Verlo así le rompía el alma. Una belleza como la suya no podía desvanecerse tan pronto.
Lo acompaño hasta sentir un suspiro de alivio al ver como todo terminaba, junto a el surgieron sus últimas palabras:

-Léelo cuando ya me haya ido.-Dijo con una voz ronca y tranquila.- Te amo.

Sonrió, una última y hermosa sonrisa; luego de esto le entregó un papel todo doblado y sucio, en uno de sus lados podía leerse:

"Para mi querida Amélie"

Cuando lo vió morir, sintió como su corazón y su vida partían junto a él.
La tristeza, la soledad, el dolor y la desesperación la inundaban junto a un mar de lágrimas que brotaban desgarradoramente de sus ojos.
Dio vueltas a todo el hospital en busca de respuestas, en un total tormento. Estaba abatida, no entendía como luego de tanto tiempo se había dignado a volver, ¿Como de esa manera?
Abatida luego de la muerte de su amor, iba recordando todos aquellos momentos vividos, buenos y malos, en especial, el primero y el último. Recorrió lugares cruciales, como aquella fuente en la plaza principal, o aquel banco en el que se sentaban por horas a charlar sobre cosas sin sentido alguno. Allí se sentó, en ese banco, en el que tienes vista a todo el parque. En las tardes puedes ver a los ancianos alimentar palomas, a los niños jugar y a sus madres corriendo en un grito cerrado detras de ellos, tambien puedes ver a las parejas enamoradas. Estas ultimas son las mas lindas de observar, de lejos se siente ese amor mutuo, esa energia positiva, esa alegria que contagia, es envidiable. Ellos eran esa pareja. Ahora su vida será como esa noche, solitaria y triste.
En ese momento, en ese banco, recordó las últimas palabras de ese joven que la acompañaba.

Abrió la carta y comenzó a leerla.

"Si lees esto es porque probablemente ocurrió lo que debía ocurrir, probablemente ya no esté contigo, ya no sostendré tu mano, no observarse tu hermosa sonrisa. Me refiero, a que no estaré vivo.
Solo quiero explicarte porque me fui.
Hice algo malo. No quería que sufrirás, por eso parti a Madrid.
Allí cree un buen vinculo con el lugar, bueno, no recuerdo mucho dada mi condición; al padecer de Huntington tengo poca memoria.
Esto... esto me esta enloqueciendo. No puedo más con las alucinaciones. Ya no es lindo salir de la casa, los movimientos involuntarios hacen que la gente voltee a verme. Me siento confundido, no soy el mismo ¿Sabes? Me siento diferente. Ya no puedo hablar. Me siento...
Bueno, el punto es que estoy contigo, ¿Si? ¿Me entiendes? Siempre estuve y siempre estaré. Así que, no importa lo que pase, los hechos fueron mi decisión. No sientas dolor por mi muerte, festeja porque no debo sufrir más con esto.
Te ame, te amo y te amare siempre, vivo o muerto.
Esta carta, en realidad, era para decirte que lo siento. Lo siento por haberte dejado, creo que fue egoísta.
¿Me perdonas?
Siempre tuyo,
Thomas"

-Claro que te perdono, Thomas.

En el recorrido a su casa pensaba sobre esa carta, esa última frase "¿Me perdonas?"
«El perdón, ¿Que es el perdón? Una simple palabra compuesta por 6 letras y un tilde, una palabra que significa tanto para quien lo añora. Esperar a ser perdonado es como esperar a que llueva, es probable que lo haga hoy, pero también pueden pasar 100 años de sequía. ¿Habrá sido ese tiempo que pasamos alejados los años de sequía de Thomas? Si hay algo más complicado que esperar un perdón, es saber cuándo darlo; saber cuándo estás preparado para perdonar a una persona. Alguien dijo una vez: "El perdón es un regalo silencioso que dejas en el umbral de la puerta de aquellos que te han hecho daño", no lo sé, creo que fue un psicólogo. Cuánta razón, y que complicado es dar un "regalo" a quienes te hieren.
Yo creo que en el momento en que te lastiman, te dejan un pesar, con el cual cargaras hasta el día en que aprendas a perdonar a la persona que te obligo a cargarlo.
Y yo estoy preparada para dejar mis pesares y comenzar una nueva vida, así que te perdono Thomas, claro que te perdono.»

Amelie: Vuelve Y BesameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora