Tras la Guerra Santa los llamados "Traidores" fueron llamados por Hades, tanto sus cuerpos como sus almas para hacerlos pagar por sus pecados. No pudo hacer nada para evitarlo. Evitar que se lo llevaran, que lo arrastraran a ese tormento.
No solo fue Camus el condenado a ese castigo, sino tambien Saga y Shura, segun las palabras de Hades ellos tres fueron quiene más pecados en su contra cometieron y solo ellos pagarían. Ahora daba vueltas en su templo como un loco, culpandose por no poder ayudarlo, por no hacer nada y por más que lo pensara tampoco le encontraba una solución.
Se sento en su cama maldiciendo. No quería ni imaginar por la clase de castigo que su adoración francesa estaría pasando, cuanto dolor estaría soportando y por cuanto tiempo, el rey del Inframuendo no dio tiempo de condena, podían ser unas horas, días, meses, años o para siempre. Los Dioses son rencorosos ante la mínima provocación desatan su ira sin medir los daños o los perjudicados.
- No puedo quedarme de brazos cruzados.
Tampoco tenia intenciones de hacerlo, trataria de encontrar una forma de salvarlos, a los tres, pero especialmente al Caballero de los hielos, a quien había logrado robarse su corazón desde hace mucho tiempo atrás.
Si su memoria no le fallaba Hades aun tenia un templo en la Tierra, en el que podría contactar con él. Llevaría acabao un plan que para cualquiera seria un suicidio o una completa locura, pero él no era conocido por ser de las personas que pensaran muchos las cosas, él hacia lo que su corazón le dictada con tal de proteger a quienes más ama, definitivamente Camus encabezaba esa lista. Entrada la noche llego a su destino, el lugar estaba casi en ruinas.
Apenas puso un pie en su interior sintió un escalofrio recorrerle el cuerpo. Elevo su cosmos con la intención de llamar la atención del Dios.
- Hades Dios del Inframundo, acudo a ti para ofrecerte un pacto.- no tuvo que esperar mucho para que por todo el lugar se sintiera un cosmos amenazador, uno que en cualquier momento podía acabar con su vida.
- ¿Un pacto?, ¿Que podría ofrecerme un Caballero de Athena?
Tanto su presencia como su voz eran imponentes, pero no se intimidaría, tenia una idea clara y pensaba realizarla costara lo que costara.
- Quiero que me dejes tratar de liberar a Camus de Acuario de su castigo, a cambio tendrás a un Caballero Dorado como uno de tus Espectros, sin ningun truco de por medio.- se arrodillo para darle más credibilidad a sus palabras.
Hades pareció pensarlo; era una oferta tentadora, quitarle un Caballero a Athena y por su propia voluntad, seria una pequeña victoria sobre esa chiquilla.
- ¿Que hay de los otros dos? Solo te interesa Acuario.
Milo se sintió mal por no pensar en Saga y Shura, pero su mente y su corazón solo podian pensar en el tormento que estaría pasando su bello pelirrojo a cada segundo que ellos hablaban.
- Bien Escorpión, acepto. Un alma por un alma. Tienes 12 horas para encontrarlo. Si encuentras a los otros dos antes también serán liberados. Si no logras liberarlo antes de que se acabe el tiempo se quedaran ambos. Tenemos un pacto.
Apenas su mano tuvo contacto con la pálida del Dios apareció en la primera de las prisiones del inframundo, la cual para su suerte estaba vacía.
- 12 horas, solo 12... tengo que encontrarlo.
Corrió a la salida de la prisión llevándose la sorpresa de encontrar una bestia esperándolo, era obvio que Hades no le dejaría las cosas tan fáciles, puede que no estuvieran sus Espectros haciendo guardia pero si se encontraría con un sin fin de bestias que no lo dejaria avanzar. Lucho con cada obstáculo que se le presentaba en su camino al Cocitos, estaba seguro que se encontraría en ese lugar, esperaba no equivocarse. Mientras avanzaba trataba de buscar a sus compañeros en las demas prisiones, solo encontro a Shura, ni el menor rastros de Saga o Camus.
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Infierno.
FanfictionUn pacto con un ser divino, un alma por un alma si no salva a su ser querido.