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Las calles son tan frías cuando la noche llega, el viento está desesperado por pasar en cada rincón y no podrían negarlo, menos las personas que no tienen un rumbo fijo en aquella ciudad y pasean sin tener necesidad de volver a casa temprano.

Las cuencas de aquel solitario esqueleto no podían bajar la mirada del cielo nocturno, simplemente no deseaban ver la triste realidad en la cual se encontraba su persona.

A voz baja tarareaba la canción que su madre le cantaba, mientras caminaba junto a ese gran vacío.

La puerta de pronto se abrió.

No me esperaba la llegada del contrario.

Dime... ¿Qué debería hacer?

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Dejo esto por aquí.

Bye.

Dime... ¿Qué debería hacer?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora