Una mañana, ya en invierno y cuando las calles empezaban a quedarse vacías, los chicos decidieron arriesgarse a salir. Querían conocer un poco mejor la zona, simplemente para ver como era y cual sería realmente la mejor forma de escapar. Pero sus secuestradores, ya al tanto de las ideas de los chicos en irse, aprovecharon que ellos estaban fuera para mirar en sus habitaciones y averiguar cual era su idea de escaparse, qué día lo harían y formas otro plan para que ellos no se fueran de allí nunca. Y así fue, mientras los chicos investigaban el barrio, aquellos dos adultos desquiciados miraban los cuartos y formaban un plan algo siniestro y que debían llevar a cabo con muchísimo cuidado. Cualquier fallo les llevaría directamente a la cárcel.
Para cuando volvieron los chicos,ellos estaban de vuelta en su habitación, haciendo como si no se hubieran enterado de su pequeña escapada. Fue en ese momento cuando Sarah, la adulta que había secuestrado a los niños, le dijo a su marido, John, de ponerse en marcha. Y así pues, y tras coger varias cosas, fueron al cuarto de cada uno de los niños y tras un momento de desconcierto para ellos, quedaban atados de pies y manos, bajados al sótano y simplemente encerrados allí. La más difícil fue Helena, la chica que siempre salía a hacer los recados. Ella era más mayor, más fuerte y bastante más lista de lo que Sarah y John habían pensado. Aún así y tras un largo rato de forcejeo la consiguieron atrapar. La bajaron al sótano entre gritos e insultos variados, a los que ella no hacía caso por estar más preocupada de los demás. Ya encerrada allí, sin poder moverse de otra formas que arrastrándose, miro a los demás algo preocupada. Dos de ellos tenían golpes en la cara que a ojo parecían bastante graves. El que faltaba solo tenía un pequeño rasguño que se le iría en un par de días.
- ¿Estáis bien? ¿Os duele mucho?.- dijo Helena en tono agudo y algo nerviosa
-Solo duele un poco, parece más de lo que es.- contestó Phillip, uno de los dos más heridos
-A mi sí que me duele bastante, no les vi venir y me giré en el momento en el que me iban a golpear, así que me he llevado un buen golpe.- susurró Michael.- pero se puede aguantar. Al menos de momento.
Dean, el del rasguño no dijo nada. Casi nunca hablaba y si lo hacía era solo para dar ideas de como salir de aquel sitio. Y el pobre chico no veía nada claro que fueran a salir de aquel embrollo, o al menos no iban a salir pronto. Y eso le tenía comida la cabeza. Helena sin embargo no quería rendirse. No quería quedarse allí y mucho menos que ellos se tuvieran que quedar. Ella les había prometido salir de aquel horrible lugar y quería cumplir esa promesa. Costara lo que costase.
Pasó un mes sin que nadie volviera a ver a aquella chica que no tenía nombre para el pueblo. Y aunque no sabían nada de ella, si que la echaban de menos para ir a la compra o para hacer simples recados. Los vecinos empezaban a sospechar cosas raras y aunque no había motivo para hacerlo, un día un vecino se acercó a la casa de John y Sarah para preguntar por ella. Timbró y esperó a que alguien saliera.
-¿Sí?- preguntó John al abrir la puerta.- ¿Desea algo?
-Ehm... Hola, buenos días. Mire, venía a preguntar por su hija. Hace ya un mes que nadie la ve por el pueblo y aunque ninguno de nosotros ha hablado con ella, nos resulta a todos bastante extraño no verla ir a hacer sus recados habituales y queríamos saber si se encuentra bien.- Dijo de manera amable el vecino.
-Ella se ha ido a estudiar fuera. No sé que interés tiene este pueblo dejado de la mano de Dios en saber lo que hace una chica tan joven. Creo que no es asunto de nadie mas que nuestro saber lo que hace o lo que deja de hacer nuestra hija ¿no cree?
-Oh bueno, sí, disculpe. Es que resultaba tan raro no verla y este es un pueblo tan pequeño que cualquier detalle nos parece extraño. Realmente sepa usted disculparnos por entrometernos.-y tras unas cuantas disculpas más, aquel buen hombre se retiró a su casa.
John estaba furioso. A pesar de que la chica no se había relacionado con nadie, en el pueblo la conocían y eso le molestaba mas de lo que él quisiera admitir. Sin esperar a hablar con su mujer, bajó al sótano a tomar cuentas de lo que Helena había hecho. No debía verla. Debía de pasar desapercibida y sin embargo ya preguntaban por ella. Y eso solo hacía que su mujer y él estuvieran en peligro. Abrió la puerta de un golpe y bajó corriendo las escaleras. Se encontró con cuatro personas muy asustadas que temían que aquel desquiciado les hiciera cualquier cosa. Pero a John no le importó lo más mínimo. Solo quería castigo para aquella estúpida chica que a sus ojos había cometido todos los errores posibles. La cogió de malas formas y llevándosela a un rincón le dio una lección que la pobre chica no olvidaría nunca.
Dean, Michael y Phillip intentaron ayudarla pero estaban atados de pies y manos y no podían moverse por lo que tuvieron que ver el horror más absoluto. Ninguno de ellos hablo, incluso después de que John se fuera. Helena, atada de nuevo de pies y manos, y de vuelta con los chicos, no se movió durante al menos dos horas. No quería hablar, no quería moverse y no quería seguir existiendo. Se sentía mal. Y no se atrevía a decir nada por que no le salían las palabras. Ellos tampoco la obligaron ya que sabían que no estaba en condiciones de hacerlo. Y fue entonces cuando los tres quisieron tomar venganza. Por tenerlos encerrados, por Helena, por llevarles lejos de sus familias. Por todo. Querían salir de allí a toda costa. No iban a dejar que aquello se quedara así, sin más. Que hubieran tocado a Helena había sido la gota que colmaba el vaso. Y se había desbordado. Así que a la mañana siguiente, y cuando ella se encontraba mejor, se consiguieron desatar los unos a los otros hasta quedar libres. Debido a no andar, al principio todos se balanceaban como si no hubieran andado nunca en su vida. Pero tras unos cuantos pasos volvían a estar en forma y se sentía con muchísimas ganas de salir de allí. Subieron las escaleras que daban a la puerta que salía del sótano pero estaba cerrada con varios tipos de llaves. Se planteó la posibilidad de romper la puerta pero la idea era de salir lo más sigilosamente posible y romper la puerta llamaba demasiado la atención. Sí, se habían librado de las cuerdas que los ataban pero seguían encerrados en aquel sótano, sin ventanas y sin salida más que aquella puerta cerrada. Bajaron de nuevo al sótano para pensar nuevas ideas pero mientras lo hacían Helena tuvo una idea. Ella siempre había llevado pinzas en el pelo y aunque la noche anterior se le habían caído, sabía perfectamente dónde se encontraban. Corrió hasta el lugar donde tuvieron los graves sucesos la noche anterior y de allí cogió las pinzas que se le habían caído. Subieron de nuevo para probar suerte. Tardaron bastante tiempo en oír el primer clic que les indicaba que aquello estaba funcionando. Fue algo lento pero tras una larga espera consiguieron abrir la puerta. Estaban un paso más cerca de poder salir de aquel lugar. De volver con sus familias. Así que tras asegurarse de que ni John ni Sarah estaban en casa subieron rápidamente a sus habitaciones a recoger todo aquello que les importaba. Irían a la policía nada más recoger sus cosas así que tenían que darse prisa. Tras unos quince minutos cogiendo ropa y cosas que para ellos significaba muchísimo,salieron corriendo de allí. Cuando estaban llegando a la comisaría Helena se paró en seco. Allí había algo que no le cuadraba. ¿Porqué John y Sarah habían salido de casa si nunca lo hacían? ¿Porqué no habían vuelto? Habían tardado un poco en recoger lo que todos querían llevarse y le resultaba bastante extraño que si se habían ido no hubieran vuelto en seguida para asegurarse de que ellos no se escapaban. Había una respuesta a sus preguntas y estaban dentro de la comisaría. Así que se dispuso a entrar para averiguarlo...
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La chica de la última calle
Teen FictionTodo el mundo la conocía de vista. Sabían cual era su casa y cual había sido su situación familiar. Pero nadie sabía su nombre ni conocía a sus padres. Parecía una familia tranquila y bastante común. Pero nadie sabía el oscuro secreto que guardaban...