Tengo muchos recuerdos, muchos empolvados, otros tan recientes y lúcidos como el ayer mismo, a veces pienso que no debería vivir, a veces simplemente es una nostalgia, una melancolía en una tarde de otoño, donde el sol brilla pero no calienta, ahí comienzan los recuerdos y en ese momento no hay recuerdos buenos ni recuerdos malos. Simplemente memorias de un Yo que no estaba consciente de las cosas. Me pongo a pensar en las puertas que se cerraron para mí, puertas que yo mismo cerré y puertas que force.
Hay lugares tan lejanos, soleados y nublados, silenciosos en su mayoría, muteados por la propia conciencia para observar mejor el panorama.
Hay gente que conocí y que extraño mucho, aunque tal vez solo extrañe aquellos momentos, a veces es casi imposible diferenciar eso.
Puedo caminar en lugares por los que he estado y recrear cosas que pasaron, añorar o llorar, ambas son válidas cuando uno ve dentro de su mismo, cuando te topas con lo que quisiste y no obtuviste, con los errores y los triunfos, amores y tristesas; todos necesitamos mirar atrás de vez en cuando, para recordar quienes somos, que hacemos o a donde vamos, a veces simplemente es divertido, es lindo, es agradable y caluroso revivir las cosas que en su momento nos hicieron felices. Nuestra memoria es el mejor diario, nos puede mostrar cosas mejor de lo que las palabras escritas pueden expresar.
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Una Carta De un Pensamiento Mientras Estaba En Un Hotel
Short StorySimplemente comencé a escribir lo que me pasó por la cabeza mientras estaba sentado en la recepción de un hotel.