El lienzo ritmico de una pequeña vida

EL LIENZO RÍTMICO DE UNA PEQUEÑA VIDA.

INTRODUCCIÓN.

Esta es una historia de amor, esta es una historia de vida.
Algunas veces me asombra la manera en que una persona llega y cambia tu vida, me pregunto, en estas ocasiones ¿Qué extraña fuerza hace que las cosas inesperadas sean las mejores? Esta historia no es sólo de mi, una chica que le encanta el golf y pasar el tiempo con mis amigas, tratando de aprovechar mi vida al máximo por una promesa.
¿Alguien alguna vez te a amado en verdad? porque el amor no es solo decirlo con palabras que suenen poéticas, el amor se manifiesta en diferentes maneras, una de ellas es el sentimiento, lo que sientes tu y lo que siente la otra persona, se manifiesta en lo que decimos y como lo decimos, en como lo transmitimos. Y a mi parecer la más importante de todas, son las acciones...

Como te lo dije antes, esta historia no solo trata de mi, una chica que gusta mucho el escuchar música a todo volumen y jugar videojuegos en los Arcades de mi ciudad, esta historia mas que nada trata de lo que alguien me enseño y me regalo, que puedo afirmar, no podré ser capaz de igualar aquella emoción por alguien más. Por cierto mi nombre es Stephanie y ahora que lo sabes te contaré un poco de mi vida y de como una persona me hizo uno de los seres humanos mas felices de todo el mundo.

I. Día de desesperanza.

La habitación era tan blanca que me cegaba un poco, mis ojos se cerraban de vez en cuando debido a lo fuerte que era tal resplandor. En el ambiente se distinguía el olor a medicamentos acompañado de esterilización. Dejé de prestar atención y en esa habitación poco a poco el negro profundo y vació la invadía como una plaga... Al escuchar tal noticia.

-Steph- dijo el doctor después de un suspiro largo- Nunca es fácil dar malas noticias para un médico que te a tomado cariño. Pero tienes que saberlo... Los tratamientos pierden su efecto sobre tu problema, tienes que saber que llegara un medicamento especial para darte más energía pero al cabo de unos meses ocurrirá lo mismo. Y si no encontramos un trasplante de corazón dentro de unos ocho ó nueve meses... Me temo que será todo...

Esas palabras quedarán guardadas en mi para siempre, inmediatamente recordé lo que ocurrió tres años atrás cuándo sufrí de un pequeño desmayo que según el doctor y mis padres no fue signo de gravedad solo fue al parecer una decaída porque me faltaban vitaminas. Tiempo después comenzaron los primeros síntomas, dormía de más tenía mucha fiebre y el pecho me dolía de una forma desgarradora, los gritos se convirtieron en mi única comunicación con mis padres, sentía como algo en mi interior estaba muy mal. Mis padres desesperados me llevaron a un hospital de primer nivel, teniendo la esperanza de que solo era un problema que podría ser pasajero, pero en realidad mi corazón estaba muriendo. Recuerdo que mi madre lloraba desilusionada y mi padre exigía a gritos una solución al doctor, recuerdo que yo salí del cuarto ensordecedor mire por la ventanilla como mis padres hablaban con el doctor.

-¡Vamos doctor, por favor, apenas tiene 13 años! ¡Curela por favor! ¡Es mi princesa!- Entre llantos mi padre le gritaba eso al doctor.

Y después todo se volvió obscuro para mi, sentía como mi corazón bombeaba cada vez más lento, sentía el cansancio de solo levantarme de la cama. Al cabo de unos meses mi doctor llego con una medicación experimental, con la cual podía por unas cuántas horas levantarme y caminar, una leve carga de energía para mi corazón al parecer.
Meses de tratamientos experimentales me aliviaron durante algunas semanas. Todo se convirtió en un toque de queda para muchas actividades que me llamaban la atención. Mis padres me cuidaban de todo. Al final, ningún tratamiento me hizo nada. Las citas con el doctor se convirtieron en parte de la poca vida que me quedaba.