𝘔𝘪 𝘶́𝘭𝘵𝘪𝘮𝘰 𝘪𝘯𝘷𝘪𝘦𝘳𝘯𝘰 [ᵀᵃᵉᴷᵒᵒᵏ] ᴼˢ

Unique

Da menos cringe que antes, lo juro. 🤞

—¡No! —despertó alterado el pelinegro unas semanas después desde su cirugía.

—JungKookie tranquilo, no debes sobresaltarte de esa forma —habló el padre del pelinegro.

—¿Pa-papá? ¿En dónde estoy? —dijo confundido y al mismo tiempo aturdido del color blanco de la habitación.

—Estás en el hospital hijo, te desmayaste e ingresaste a urgencias —le respondió a su hijo que al parecer no recordaba nada de lo sucedido y siguió hablando—: Necesitabas la operación y si no la obtenías ibas a morir, pero ahora todo está bien, no tienes por qué alterarte o no le hará bien a tu nuevo corazón.

—¿Nu-nuevo corazón? —preguntó.

Que no sea lo que estoy pensando, por favor, él no pudo hacerme esto...

—Papá, ¿en dónde está TaeHyung hyung? —habló con un ligero temor en su voz.

Que no sea él la persona que lo haya donado, por favor.

—¿Uhm? Oh, él dijo que tenía que ir a Daegu porque su abuela había empeorado —le comunicó las palabras que TaeHyung le había, no sin agregar un—: Ya vendrá, no te preocupes. Él prometió que estaría junto a ti en tu recuperación.

Pero el Señor Jeon no tenía por qué saber que lo del viaje de TaeHyung era una farsa, ¿No? Lo hecho, hecho estaba y ya no había retorno sobre la decisión que Kim escogió; tal vez todos se enterarían después, tal vez cuando eso pase a JungKook ya no le dolería tanto, sufriría menos.

—Entonces él no está aquí... —susurró con tristeza, pero a la vez sintió como el alivio se apoderaba de su cuerpo.

TaeHyung hyung solo me hace asustar; por favor cuide bien de su abuela, yo intentaré recuperarme pronto y le alcanzaré en Daegu. Pensó el pelinegro con cierto alivio de saber que su mejor amigo estaba bien.

—Seo... —iba a hablar más se contuvo y se dirigió hacía JungKook— ¡Hijo has despertado! —vociferó feliz la madre del pelinegro.

Su hijo había despertado, ¡se había recuperado! Prácticamente regresó del más allá y no podía estar más feliz. Incluso si la vida de su hijo haya tenido que quitar la de TaeHyung, su otro hijo, tal vez no de sangre, pero lo amaba al igual que a uno. Ella sabía lo que había hecho TaeHyung, sí, pero el castaño le rogó que no se lo dijera a nadie (incluyendo a su esposo) hasta que JungKook estuviera totalmente fuera de peligro.

La mujer aún recuerda las palabras de TaeHyung, quién tenía las mejores intenciones del mundo. Él le supo demostrar lo que era el significado del verdadero amor, aquel chico demostró que amaba a su hijo, al punto de dar su vida por el pelinegro.

TaeHyung fue lo mejor que le pudo haber pasado a la familia Jeon.

—Señora Jeon por favor entienda, yo lo quiero hacer... —hablaba hipando el castaño, gruesas lágrimas recorriendo su rostro—. No quiero que él muera, por favor, se lo suplico.

—No puedo permitirlo TaeHyung, no puedo alejarte de mi hijo, él te adora, ¿sabes qué pasaría si se entera de lo que quieres hacer? —comentó angustiada Somi, ella no quería perder a su hijo, pero tampoco quería que TaeHyung diera su vida con tal de salvar la de JungKook—. No puedo hacerlo TaeHyungie, lo lamento. Encontraremos a un donante y JungKookie saldrá de esto, ya verás.

Ni ella misma tenía esperanzas de encontrar a un donante a tiempo, pero tampoco iba a permitir que el castaño se sacrificara por su hijo. No, no lo haría.