Izuku miraba el techo del granero mientras suspiros entrecortados escapaban de sus labios, sobre de ella un chico de negros cabellos la miraba con adoración, pues todo en la chica le parecía perfecto.
Él quería llegar mucho más allá que las veces anteriores, por lo que subió su falda dispuesto acariciar su zona intima, más el ruido la puerta siendo abierta lo asusto, con rapidez tapo a la muchacha y se dio la vuelta encontrándose con la hermana menor de su novia.
—Eri ¿Qué haces aquí? —pregunta con nerviosismo.
La pequeña ladeo la cabeza y frunció el ceño.
—Mami me mando por Izuku, dijo que debe de llevar un encargo al pueblo —explica la niña mientras mira al muchacho fijamente.
Este suspira con cansancio al ver la actitud de la pequeña, pues siempre es lo mismo, sabe que es muy celosa al igual que todos los hermanos de Midoriya, quiere decirle que él quiere mucho a Izuku que nunca le hará daño, más sabe que ni eso lograría que la niña lo deje de detestar.
—Está bien Eri, Izuku ira en un minuto —dice el muchacho en voz baja.
La albina hace un puchero y niega.
—Izuku necesita ir ahora Shindo, mami enserio la necesita —reitera impaciente.
La de verdes cabellos se levanta de su lugar y mira a su hermanita con curiosidad.
— ¿Enserio es muy urgente Eri?
—Si Izu, necesitas venir conmigo.
—Bien, entonces vamos ¿Nos vemos en un rato Yō?
—Claro Izu.
La chica se despide con un rápido beso en los labios del chico y se marcha con rapidez junto a Eri, la cual voltea a ver al chico y le enseña la lengua antes de marcharse.
Cuando el de negros cabellos esta solo suspira con fastidio, pues la pequeña hermana de su novia siempre llega a interrumpir los mejores momentos.
Izuku corre por las calles del pueblo de la mano de su pequeña hermana Eri, ambas van demasiado rápido por lo que ya han tropezado algún par de veces, cuando distinguen la pequeña panadería de su madre frenan frente a la puerta, se adentran al local y buscan a su progenitora.
ESTÁS LEYENDO
Juventud
FanfictionCuando el compromiso de Todoroki Shoto falla este vuelve a su pueblo de origen, cansado, triste y con el corazón roto. Dispuesto a no saber nada más del amor se hunde en su miseria, esperando nunca cometer una nueva estupidez por ese mal sentimiento...