Introducción

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Cuando salí del castillo que era mi casa fue para ir a la universidad. Allí conocí mucha gente que aún hoy en día conservo. Por suerte o desgracia acudía a una institución lejos de mi pueblo, por lo que mis padres tuvieron que buscar una residencia donde vivir. Irte de tu casa con dieciocho años aunque solo sea de lunes a viernes no es fácil. Lo es menos cuando encuentras gente cada uno de su casa y de sus padres y cada uno con sus propias ideas de lo que está bien o que está mal.

Allí aparecieron ogros también. Ogros pijos, ogros tontos y ogros consentidos. Por suerte también encontré un hada madrina, que no me hizo unos zapatos de cristal ni un Audi de calabaza, pero se convirtió en una de mis mejores amigas.

Los ogros universitarios pueden parecer peligrosos por eso de que supuestamente son más inteligentes. Pero ni mucho menos. La mayoría son ogros trastornados que simplemente necesitan un psiquiátrico o lobas de cuento que cogen fuerza al unirse en manada pero que no saben enfrentarse a la bruja.

¡Qué caos! Con lo fácil que era todo en el instituto. A veces pienso que me hubiera gustado quedarme allí para siempre. Luego recuerdo a Sara, Susana, Estrella, Virginia o Carolina y se me pasa. Me pregunto qué habrá sido de toda ellas. Ellas y las demás personas que, sin vida propia interesante, me llamaban gorda o me insultaban porque el chico que me gustaba pasaba de mí. ¡Qué problemón!

Me hace pensar que siempre ha habido y habrá ogrosen el cuento. Lo hubo en el colegio, en el instituto, en la residencia de laUniversidad y los hay en el trabajo. No podemos escapar de los ogros o, comodiría J.K.Rowling, de los dementores. Los dementores son seres que te roban elalma con un beso y que te dejan triste y abatido. Pues eso, siempre los habrá.Simplemente, tenemos que aprender a llevarlos o a ignorarlos aunque enocasiones sea un trabajo realmente difícil.

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⏰ Last updated: Nov 13, 2019 ⏰

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Líos y follonesWhere stories live. Discover now