A través del gran ventanal se podía ver la lluvia que caía tan pacíficamente en esa noche de otoño, un niño que no pasaba de los 16 años se encontraba frente a esa ventana vieja y en mal estado admirando el oscuro paisaje.
El burdel al que había pertenecido hace meses atrás lo habían cerrado por asesinatos, homicidios, contrabando de personas, venta de órganos y venta del personal. El joven pudo salvarse al igual que algunas personas, aunque ahora se encontrará en un orfanato ya que era menor de edad.
En aquella habitación comenzó a suspirar con pesadez, salió de aquella habitación donde dormían más de 15 niños, mientras caminaba por el pasillo oscuro pudo notar muchas manchas de color rojo que supuso que era sangre y algunos dibujos que seguramente fueron hechos por los niños que vivían aquí.
Mientras más caminaba por el pasillo se podía notar el cambio de clima, hacia frío a pesar de haber calefacción, mientras más se dirigía en línea recta podía escuchar susurros, gritos y golpes en las paredes, había un olor putrefacto que le hacía querer vomitar, siguió caminando aún alerta y con sus orejitas de conejo en alto, empezó a escuchar susurro detrás de su espalda que decían dame tus ojos.
El pequeño conejito giró sobre sus talones muy alarmado, encontrándose con dos chicas, una de apariencia pálida, cabello castaño oscuro, de sus manos goteaba el típico color rojo carmesí característico de la sangre, su rostro estaba cubierto por el flequillo de su pelo ondulado y la otra era una pelirroja que tenía muchas cicatrices en sus piernas y en sus brazos que pertenecían a otras personas por la forma en que se veían, mientras su rostro estaba muy deforme y herido, se podía notar que le faltaban trozos de su cara y en donde debía estar su ojo izquierdo no había nada, solo su cuenca vacía excepto por un punto azul y su ojo derecho color amarillo le dedicaba una miraba con malicia.
La castaña dejó ver su rostro más claramente, cuando el pequeño chico dio algunos pasos para atrás, por el susto que habían causado ambos espectros fantasmales, la chica no tenía ojos pero de esos oscuros huecos vacíos se podía ver una especie de líquido viscoso negro, y ambas chicas sonreían de manera tenebrosa, que lo ponía de los nervios el pobre chico salió corriendo con temor siguiendo su ruta hacia el fondo de ese oscuro pasillo.
Mientras más corría se podía escuchar las risas y susurros de los que supuso eran espectros de niños, en una de las paredes de podía ver una gran mancha de sangre que resbalaba por dicha pared, en esta se podían ver los órganos de lo que antes fueron personas y como con la sustancia carmesí se escribía "te vigilo" "ayuda" "bienvenido a la puerta del infierno" "moriras".
Esto causaba miedo y pánico sus piernas empezaron a temblar desplomándose cerca de aquella escena, una mano recorrió su cara, pero esta no tenía el típico calor humano sino uno frío que le indicaba que esa persona no estaba viva o simplemente no era humana. Levantó sus orejitas al sentir como esa mano fría y huesuda cerca de sus ojos hermosos ojos avellanas que eran capaz de mostrar su terror en ese momento.
Por el miedo que sentía el pequeño chico sus ojos se fueron tornando amarillos con destellos rojos, haciendo que la mano que trataba de quitarle sus ojos se desvaneciera en el aire haciendo gemir de dolor al espectro detrás de él, el chico dejó de ser el mismo y giró su cabeza hacia ambas fantasma que lo miraban sorprendidas y enojada, El Niño sonrió de forma casi inexplicable, mientras se acercaba a ambas chicas, mientras más se acercaba más cosas inexplicables pasaban, se oían risas escandalosas y escalofriantes, las luces del lugar se encendían y se apagaban, donde aquel chico caminada en las paredes aparecían manchas de sangre o simplemente palabras con la misma sustancia roja.
Cuando aquel chico se acercó a una de las fantasmas sonrió y le dijo "ven a mi paraíso" tomo a la castaña y atravesó su garganta con sus manos, cuando la chica se alejó un poco débil del chico la miro enojada, ella pensaba matarlo ahí pero de repente el chico ya no estaba frente a ella sino detrás de ella y corto su cabeza para luego incendiar el cuerpo.
La pelirroja estaba perpleja no entendía que sucedió pero se podía dar cuenta que ese niño no era normal y ella debería luchar por su vida, tomó una moto cierra y trato de herir al chico desde atrás, cuando aquel híbrido volteó y sonrió la chica salió volando hacia atrás y la moto cierra que tenia cayó cortándole una pierna mientras ella gritaba, el pequeño conejito que antes era adorable e indefenso corto el cuello de la chica de un extremo a otro solamente con sus pequeñas manos, en medio de la agonía la chica enterró la moto cierra en el estómago del chico y este lo miro con indiferencia, para luego sonreír y decir "pagarás y serás torturada hasta desvanecerte en la llamas del infierno" con haber dicho eso el cuerpo de la chica explotó salpicando todo con sangre y sus intestinos, pero en el suelo se formó una extraña figura.
Se había formado una cara de conejo pero este era muy escalofriante porque se veía como devoraba a una persona, el chico se rió y mientras se levantaba sacaba la moto cierra de su interior, el cual se cerró al instante sin quedarle una marca ni nada y mientras caminada las luces del lugar iban explotando detrás de él. Llego a una de las habitaciones de aquel orfanato y se bañó dejando limpio su cuerpo, se cambió y antes de dormir miro a la ventana y dijo "el paraíso es para todos, pero no todos lo disfrutarán" luego de esas palabras, los ojos que eran antes amarillo volvieron a ser de un color avellana tan hermoso y el cuerpo del chico se desplomó en la cama quedando inconsciente sin saber que había ocurrido en realidad
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Namaenai
HorrorDesde hace millones de años los dioses han existido, al lado de los licántropos, vampiros, demonios, ángeles, ninfas, deidades, sirenas, híbridos y muchas criaturas fantásticas. Con el tiempo el Dios más poderoso Zeus comenzó a aburrirse de su rutin...