Elizabeth sentía que su cabeza iba a explotar.
¿Qué clase de loco era Azael? ¿Un ángel nigromante? Eso era ridículo.
Grey arregló su capucha para no quemarse, se veía pensativo.
—Elizabeth —Aztros caminó detrás de ella por la acera—. Él no va a hacer nada a la tumba de tu padre, la Orden no lo permitirá.
—Si —estuvo de acuerdo Grey—, al igual que no permitió que Azael escapara.
Aztros le lanzó una mirada asesina. Grey caminaba lejos de ellos, serpenteando entre las sombras.
—No estás ayudando.
—De nada.
Grey tenía razón. La Orden iba a pasar de todo eso, ¿serían capaces de no ayudar sólo porque Adams no se unió a ellos?
Tenían que esperar dos semanas para la reunión de las Casas en el solsticio de invierno. En dos semanas podrían pasar muchas cosas. Elizabeth iba a morir, Grey iba a morir, Azael perpetraria la tumba de su padre, encontraría las almas y haría lo que quisiera con ellas, iba a destruir Coldwood. No podían permitirlo, allí estaba su casa, la casa de Berkley y Richard.
¿Qué era eso de lo que se iba a decepcionar si no lo conseguía? ¿Para que quería usar las almas en primer lugar?
—Balor va a hacer algo para evitarlo, puedes confiar en él.
—Eso lo dice todo el mundo, no lo escuches.
—Callate, Grey, no estás ayudando en nada por aquí.
Grey le rodó los ojos.
—Ella tiene que saberlo. En dos semanas podrían pasar muchas cosas, honestamente soy demasiado hermoso para morir. No me quedaré de brazos cruzados a esperar que ese ángel maniático o ese perro sarnoso vengan a matarme.
Aztros pareció considerarlo, pero no quería admitirlo a Grey.
—Callate —le dijo finalmente—. A nadie le importa si mueres. Tu muerte en todo esto será lo menos importante.
—Admite que vas a extrañarme.
Aztros murmuró algo sobre buscar su lugar feliz.
—No le hagas caso a Grey, Elizabeth. Se crió en un ambiente narcisista y negativo. No te dejes influenciar.
—Esta bien —dijo ella, pero si le hizo caso a Grey.
¿Cómo buscarían las almas y las ocultarían de Azael si sólo su padre sabía dónde las había ocultado? ¿Qué era todo ese rollo complicado de almas y ángeles y grimorios? Esa vida era cada vez más y más complicada.
—Gracias por preguntar sobre mi madre, pero ahora estoy decepcionada.
—Si, ya me ha pasado eso de estar decepcionado con mis padres. Como sea —siguió Aztros, y miró el reloj en su muñeca—. Tengo que llevarlos a la mansión, debo ir a una misión más tarde.
Elizabeth intentó no verse muy decepcionada. Grey siguió serpenteando por un rato antes de detenerse, ya estaban llegando al metro otra vez, Roulette Street terminaría en unas cuadras, dónde Elizabeth podía ver los autobuses y los taxis amarillos y las tiendas abiertas.
Grey miró atrás, provocando que Elizabeth y Aztros siguieran su mirada. No había nada, sólo unos cuantos humanos entrando o saliendo de sus residencias.
—¿Hay algo malo? —preguntó Aztros.
Grey frunció el ceño. Con todas las sombras a su alrededor Elizabeth apenas podía verle bien la cara.
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Siêu nhiênðððð¢Ìð ð¡ððð ðð ðð¢ð ðžððð§ðððð¡ð ððððÌð ðððÌðð ðð ð¶ðððð€ððð, ðÌð ð¡ð ðð ððð ðððð ððÌð ðð¢ð ð¢ðð ððð¢ððð ðð ðŒððððð¡ðððð, ðððððð¡ð ðð ððð¡ððð¢Ìðððððð ðŠ ðððð...