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[POV: YOONGI]

Iba conduciendo tranquilamente de camino a mi casa.

El camino no se divisaba de buena forma a causa de la nieve que caía, así que conducía despacio.

Pasando por un parque veo a lo lejos a un chico tirado en la nieve, tiritando.

Rápidamente frené y bajé del auto, dirigiéndome a aquel joven que parecía estar en situación de calle. Por su vestimenta mugrienta y rota, su cabello sucio y los notables golpes que tenía esparcidos por su rostro, un labio partido, un ojo morado y una marca alrededor de su cuello, como si hubieran querido ahorcarlo.

Fue efímero el tiempo en el que pensé que hacer con él. Lo levanté en mis brazos y él soltó algunos quejidos. Lo llevé a mi auto, lo recosté en la parte trasera y conducí a mí hogar.

Al llegar bajé al muchacho, entré a la casa y subí las escaleras para llevarlo a una habitación que utilizaba para invitados. Lo recosté en la cama y ahí lo observé bien.

Estaba bastante delgado, levanté un poco su camiseta y allí pude ver más golpes, y hasta quemaduras, además de su notable desnutrición ya que se le marcaban las costillas.

Aunque sabía que a ninguno de los dos nos gustaría la idea le cambié la ropa. Le puse una camiseta mía, bastante grande, con unos pantalones deportivos. Eso me hizo ver su cuerpo completamente, era realmente atractivo, pero su pequeño y delicado cuerpo tenía moretones, quemaduras, y hasta cortes, por doquier.

Me daba intriga saber por qué había terminado de esa forma, todo golpeado y en la calle. Parecía bastante joven, le daba máximo unos 21 años, pero de todas formas parecía débil.


[POV: JIMIN]

No recordaba mucho, pero mi cuerpo dolía así que supuse que Mark y su grupo me habían vuelto a golpear.

Abrí los ojos y no entendía lo que pasaba, hasta que recordé todo. Estaba en una habitación bastante bonita, con un televisor bastante grande, una ventana por la que entraba una luz tenue, ya estaba anocheciendo, y una cama bastante amplia donde estaba yo.

Traté de sentarme pero me dolía todo, por un momento pensé en la posibilidad de que me hayan secuestrado y que... me hayan hecho lo que le hacían a mis amigos, pero no, no era "ese" dolor.

Empecé a temblar y a alterarme, quise levantarme pero en seguida comencé a oír pasos que se dirigían hacia mí.

No sabía que podía hacer y solo me quedé ahí, paralizado y con miedo de que me hicieran algo malo, como lo que me habían querido hacer varias veces.

Cuando me dí cuenta un chico de más o menos mi edad, seguramente un poco mayor que yo, entró en la habitación con un plato de comida.

-ya despertaste ¿Te sientes bien?- me preguntó, aparentemente sin muchos ánimos, acercándose a mí con el plato de comida-Ten, para que entres en calor- me entregó el plato que tenía sopa-Te encontré tirado en el parque y con todo el frío que hacía preferí traerte antes que dejarte morir ahí-

No dije nada, todavía no sabía si debía confiar en él, pero aún tenía frío y mucha hambre, así que solo tomé el plato y comencé a comer rápidamente.

-sí que tenías hambre- dijo cuando me terminé la sopa

-M-me... daría... más, por favor- dije con la mirada gacha, realmente me avergonzaba estar ahí y él me intimidaba

No tenía ninguna expresión en su rostro, tenía una actitud algo fría, como si no quisiera que esté allí. Tenía una pose intimidante, apoyado contra la pared, con los brazos cruzados.

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