Esto es todo

4 0 0
                                    

Verla bailar es arte, jamás podría describir todos los sentimientos que me embargan cuando la miro, parece tan frágil y fuerte a la vez, es libre y feliz en ese momento, es majestuosa, su mirada te cautiva, me cautiva, aunque no vaya dirigida a mi, ella no me dirigiría la mirada...
siento como no puedo dejar de admirarla, sentimientos de pena, culpa, rabia y melancolía me llenan.

«Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes», no es del todo cierto, yo siempre supe lo que tenía, estaba más que claro, por eso rehuía constantemente de sus indirectas y intentos de hacerme saber lo que sentía por mi, no le podía corresponder, tal vez es lo más triste, la del corazón roto aquí no soy yo, pero aún así estoy aquí mirando, en una esquina del salón de baile, como una de las personas más importantes de mi vida, baila como si su vida dependiera de ello, y mi corazón se estruja, no soy la del corazón roto, pero llore mientras escribía esto, y me reprimí de correr hacia ella para alabar su gran talento mientras le daba un apretado abrazo como desearía, no soy la del corazón roto aquí, pero rompí su corazón y eso causó una fisura en el mío, una que se agranda cada vez que me ignora y me hace invisible ante sus ojos.

En este momento podría estar felicitándola y diciéndole lo grandiosa que es, pero no puedo, ella sale de escena y debo continuar con el show, debo bailar con una lesión, que aunque es interna lastima mas que muchas heridas físicas, debo dar lo mejor de mi, para ella siempre lo intente, quise ser una mejor persona, pero esto es lo que me toca, soy una muñeca de porcelana atrapada en una caja musical, me muevo porque la música me llama, no porque esté pensando en el siguiente paso, mi único trabajo es ser hermosa y perfecta, ser de porcelana, con el más simple toque me quebrare. Ni mi caja puede protegerme de ella, de sus ojos brillantes que pasan a unos fríos si se topa con mi mirada, de su majestuosa manera de bailar, y como trasmite todo lo que siente en cada paso, mi porcelana se presiona y me hace creer que me quebrare, pero nada pasa, la opresión se queda ahí y esa es la mayor tortura.

Porque en realidad si tengo el corazón roto.
Y no soy de porcelana.

PorcelanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora