Entregarse desordenadamente a apetitos

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Nuestra liberación sexual pasa (entre otras cosas) por poder establecer límites sin sentirnos en deuda, por dejar de anteponer el placer ajeno al bienestar propio, por redescubir y reivindicar la importancia de nuestro placer, históricamente ignorado, enmudecido y estigmatizado.
Poder dejar de consentir y tolerar allí donde no hay deseo, dejar de normalizar la incomodidad y el dolor como si fueran una cruz con la que cargar, algo esperable. Autonomía sexual es poder expresarle al otro sin verguenza y sin reparos lo que sí, pero también lo que no.

liberación sexualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora