Sleep ¡JiChen!

2

—¿Cómo puedes ser tan estúpido?.— Jeno golpeó la nuca de Yuta.— No hay fantasmas y mucho menos está Park Jisung en casa.

Jeno, RenJun y JaeMin miraban como Yuta, SiCheng, Donghyuck, Johnny, JaeHyun, JungWoo y ChenLe estaban asustados en el sofá de la casa.

—¡Se lo juro!.— JungWoo estaba casi llorando.— N-Nos lo dijo.

—Estoy cansado y me duelen las piernas.— la voz fría de RenJun se escuchó.— Quiero dormir y son las putas tres de la mañana y tengo a un chino y un japonés adulto alentando a mi hijo en una de sus bobadas.— JaeMin sonrió nervioso, cuando RenJun se ponía así era imparable.— Estoy tan estresado porque mis dos esposos no dejaron de tocarme las piernas en la cena que tuve con mi peor enemiga y ¡Ahora esto!, ¿Quieren acaso que les dé un maldito paralizante de animal para que se callen y dejen de temblar?, ¡Me largo!.

RenJun subió enojado a la habitación, esto ya le estaba colmando la paciencia.

—Lo siento.— JaeMin se disculpó.

—Solo te diré algo.— Yuta tomó las manos de sus hijos y la de su esposo.— Yo lo escuché, y si ChenLe quiere ir a tomar vacaciones duraderas a mi casa tiene todo el derecho de hacerlo. Porque yo no quiero que algo le pase.

JaeMin asintió. Jeno sonrió nerviosamente y los llevó afuera de la casa, despidiéndose. ChenLe estaba parado en medio de la sala, apunto de tener una crisis de vómito.

—Lo siento.— RenJun bajó, dándose cuenta de que era muy tarde para disculpas.— Maldita sea, ya se fueron.

—ChenLe.— llamó JaeMin.— ¿Estas bien?.

—Sinceramente.— el rubio se dió la vuelta.— Creo que no.

—En verdad quiero creerte, hijo.— RenJun abrazó a ChenLe.— Pero no me gusta que digas que ves a Park Jisung.

—¿Por qué?, ¿Por qué si yo creo de que es él?.

—Porque Park Jisung está desaparecido, no muerto.— Jeno y JaeMin abrazaron a ChenLe, junto a RenJun.

—Eso lo hace más probable, ¿No?.

—Lo hace más doloroso para sus padres.— la suave voz de RenJun tomaba con todos los oídos de los chicos.

—Lo siento.— ChenLe susurró. Sus padres asintieron y fueron a la habitación de ellos para dormir.

ChenLe se había puesto su pijama, aparte de lavarse los dientes y colocar sus calcetines, se había dado el tiempo de apagar todas las luces.

Caminó por las escaleras mientras empezaba a temblar ligeramente su cuerpo. Una sonrisa estaba en la oscuridad de su habitación.

—Pss, ChenLe.— se escuchó.

El joven suspiró sonoramente, mientras que entraba lento.

Una risa divertida salió de cualquier lado de la habitación de ChenLe, provocando que el pequeño temblara. Cada vez que Zhong caminaba a su habitación un nuevo toque se instalaba en su cuerpo.

—D-Déjame dormir...— susurró. No quería pensar en que tal vez si había un fantasma o que un chico de su edad lo estaba esperando o viendo dentro de su habitación. Sin dudas sería terrible.

—¿Para que dormir?, Si podemos jugar a otras cosas.

—Dime quién eres, por favor.— ChenLe sentía el crujir de las paredes, mientras que lentamente un peso se plasmaba a su lado.— ¿E-Eres Jisung?.

—Te lo digo si jugamos.— dijo lascivo.

—¿A qué ju-jugaremos?.

—Tu solo abre las piernas y aguanta la respiración.— apesar de que ChenLe ya sabía que era lo que Jisung le decía, lo hizo. Abrió la piernas y aguantó la respiración.

El chino sintió como su estrecha entrada virgen se abría, mientras que una gran extensión se adentraba en él. Respiró profundo mientras apretaba su manta.

—Y-Ya, ahora dime..¿Q-Que quieres?.

—A ti.

La respuesta fue simple, y antes de que ChenLe pudiera gritar o hacer algo, la mano del chico ya estaba sobre la boca de Zhong.