dos

69 7 0
                                    

Mi celular comenzó a sonar, eran las dos de la mañana, y en la pantalla marcaba un número desconocido.

- ¿ Quién habla? - dije adormilada.

- ¿Sofía?- dijeron entre lágrimas.

- Si ¿Quién habla? - pregunté preocupada ya que no reconocía al cien esa voz.

- Soy Mateo.... Quisiera ver si podés venir a mi casa - su voz se rompía en cada palabra que decía.

- Mándame tu ubicación - no dude ni un minuto para aceptar.

(...)

Llegaba a la casa de Mateo, que no estaba tan lejos de la mía. Toque la puerta y al instante me abrió la puerta un Mateo destruido.

- Pasa - su voz ronca me invitó a pasar, se hizo a un lado para poder dejarme entrar.

- ¿Para que querías que viniera?- pregunté al ver qué se había sentado en un sofá en lo que parecía la sala.

-Perdon por la hora - su voz se rompía en el llanto.

De inmediato me senté a su lado, y lo abracé.

-No importa - dije tratando de consolarlo.

- No tenía a quien hablarle - escondió su cara en mi cuello - Estoy mal Sofi -

No sabía que decirle, solo tenía la necesidad de abrazarlo.

-Se que no te hablo aún tan bien - continuo hablando - solo que no sabía que hacer, estoy desesperado-

-Tranquilo - acaricie su cabello - ¿Me querés contar que tenés? -

- Me siento tan estúpido por hacerte venir -

- No es nada, no vivo tan lejos - seguía acariciando su cabello.- ¿Me querés contar que tenés? - pregunté de nuevo

-¿Podés quedarte a dormir? - al parecer invadía mi pregunta a toda costa. Solo ascendí.

Su respiración que era agitada comenzó a ser tranquila. Cerro los ojos, y me abrazo.

Y aquí me encontraba en la casa de un completo desconocido, siendo su refugio.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 08, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝐜𝐚𝐨𝐬 ; 𝐭𝐫𝐮𝐞𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora