Capitulo 1

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Viernes 11 de abril de 1976

Hola, me llamo Frank, Frank Aldrin. Hoy mi psicólogo me dió este cuaderno, me dijo que anote cosas, cosas como pensamientos, chistes y ocurrencias, él piensa que me puede ayudar en toda la situación que estoy viviendo. Las cosas últimamente no salen bien por así decirlo, así que por esa misma razón estoy aquí, escribiendo estos párrafos por él.

tengo una familia lamentablemente, una esposa y un hijo nacido hace dos semanas, el dinero no me alcanza para darles de comer, ni siquiera para darles algunas cosas básicas como salud, higiene y esas cosas que promueve el gobierno. Vivimos en una casa precaria hecha con maderas robadas de casas abandonadas de la zona y agujeros de bala en el techo, rodeados por el barro y la mierda de toda la ciudad,  el techo tiene algunos agujeros de bala producto del turbio lugar de procedencia de las chapas que a este conforman. Mi esposa hace lo posible para mantener esta familia a flote, pero está cada día más dificil, no hay dinero, luz, agua, comida, nada abunda y eventualmente hay que hacer lo posible para sobrevivir. Los fines de semana vamos al sur de la ciudad, ahí ella trabaja en una licorería la jornada completa y yo hago un par de favores a amigos, nada ilegal hasta donde sé, simplemente tengo que llevar unos paquetes de un punto A hasta un punto B, aunque no se que hay dentro de los paquetes, es bastante obvio que en esas cajas no hay nada legal, no por nada el negocio es tan secreto por así decirlo. Ganamos buena plata así que eso viene de perlas para nosotros y para nuestro hijo.

Y bien, supongo que esa es una buena introducción a mi vida.

Lunes 14 de abril

el doc me mando una especie de tareas para escribir aquí, poner cosas que me hayan marcado o por ese estilo, no sé con que fin si él tiene mi expediente, pero bueno supongo que hay que hacerlo.

Una de las cosas que más me marcó en mi vida fué él día que le propuse matrimonio a mi esposa, estábamos en un bar y estábamos en pareja hace unos meses, la estuve esperando durante un largo rato y luego la ví, venía caminando hacia mi mesa luego de salir del baño de hombres, no sé que hacia en el baño de hombres sinceramente, habrá estado tan ebria que se confundió. Llevábamos poco tiempo saliendo relativamente, unos 6 o 7 meses, pero ella vivía en una casa llena de maltratos por parte de su padre, un hombre hecho y derecho al que admiré durante mucho tiempo, procedente directo de la 2da guerra mundial fué un hombre al que yo consideré un héroe, habrá tenido sus pecados como golpear a su mujer y abusar de su hija, pero yo lo admiré igualmente. Por esa razón ella quería escapar del infierno en el que vivía. Bueno, sin muchas vueltas ella dijo que sí, el mundo se veía lleno de posibilidades y parecía que la suerte nos sonreía, aunque lamentablemente un par de hechos desafortunados nos apartaron de la vida de lujos que siempre soñamos juntos.

¿Que son esos “hechos desafortunados”? preguntó el psicólogo cuando le conté esta historia. No quiero responder esa pregunta, al menos no por ahora, no siento la suficiente confianza o seguridad como para decirlo.

“hechos, ¿nunca tuvo usted un mal día? un día en el que se despierte harto de todo y solo quiera desaparecer sin dejar rastro?” le dije, pensé que con eso lo callaría pero respondió más prepotente.

“si, todos los tenemos, pero que según tú, que tu vida haya sido arruinada por 'hechos' es preocupante”.

El silencio se adueñó de la oficina y como, salvado por la campana, se cumplió la hora y me tuve que volver a casa.

Luego volví a mi casa, desde donde escribo estas líneas, mi esposa está cocinando una de sus horribles comidas, pero no es su culpa, ella sufre, sufre mucho por mí y por el bebé, por esa misma razón vive estresada, llorando y gritando como una loca, aunque a veces le acomodo las ideas como yo sé, ella no se detiene, y vive su vida de esa forma triste y gris, vive casi tan triste y sola como yo y mis pensamientos.

Diario de un hombre solitarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora