Igual que ayer, el viento sopla frío y afable. Camino por las calles que susurran el descanso del día de la creación.He estado aquí, pero siento una familiaridad ajena, como si más bien viera la semblanza del estío de algún campo Francés. Igual que ayer el viento sopla frío y afable, pero salió el sol y ya no estoy tan triste. Las hojas chocan entre ellas y me cuentan que el viento es un aliado y que la tarde de un domingo no es tan solitaria. Está todo revestido de verde, aunque es invierno; no hay muchos cambios en este lugar. Me gusta fantasear que hojas amarillentas crujen a mi paso y que los demás transeúntes van más rápido para emigrar a tierras más cálidas, o cambiar el aire acondicionado por la calefacción, pero no hay muchos cambios en este lugar.El domingo transcurre como todos, entre veneros a cosas desconocidas y la esperanza de una nueva semana.No tengo mucho que decir pero igual que ayer el viento sopla un poco más frío y afable y ya salió el sol.
