Esta es la historia del trabajador de una petrolera, un mecánico industrial a cargo de una válvula del oleoducto que se internaba en la frondosa vegetación del Catatumbo. Pedro se llamaba y su jornada era nocturna. El sueldo era muy bueno, tanto como para aguantarse mosquitos, culebras y uno que otro espanto.
Estaba más que acostumbrado a la presencia de los espíritus del monte que ya habían renunciado a hostigarlo, ya que su indiferencia era monumental, ni silbidos, ni materializaciones demoniacas eran suficientes para ahuyentar al curtido operario.
Pero hubo uno que se ensañó con el pobre Pedro. Este espectro no usó los mismos artilugios que sus antecesores, sino que trascendió al plano físico y le propinaba sendos coscorrones que le dejaban la cabeza llena de chichones.
Cansado del abuso físico, cuando tuvo unos días de descanso, fue a ver al párroco de Tibú que tenía una gran trayectoria y prestigio como exorcista, para que le ayudara con su problema. El cura le aconsejó que cuando el espanto comenzara a molestarlo dijera esta oración: «Me cubro con la sangre de Cristo y por su santo nombre te ordeno que te alejes de mi».
Eran las tres de la mañana del primer día de trabajo después de su descanso, cuando sintió el primer coscorrón de la jornada. Pedro recitó, sin quitar ni un punto ni una coma, la oración que el sacerdote le enseñó.
Una voz grave y gutural le respondió: «Coma mucha mierda». Y lo que parecía ser un hombre como de dos metros, cubierto por un pelaje negro y espeso, se materializó enfrente de él. Sin mediar más palabras recogió una piedra del suelo y se la arrojó a la cabeza.
Pedro duró dos meses y medio recuperándose, en una clínica de Cúcuta, de un trauma craneoencefálico que por poco le quita la vida.
El reporte de medicina laboral concluyó lo siguiente: «el paciente presenta incompatibilidad con la fauna local circundante a su área de trabajo, por tanto es muy posible que vuelvan a ocurrir accidentes de igual o peor gravedad, por lo que se recomienda que sea reubicado en un puesto de trabajo alejado de la influencia de espantos de naturaleza salvaje».
YOU ARE READING
ACCIDENTE LABORAL
FantasyEs un relato que me contó un paciente y me pareció tan extraño que me dejo pensando unos días, por eso quiero compartirlo.