SONGBOOK ONE-SHOTS

If walls could talk (KookV)

JungKook relame sus labios después de haber dado el primer sorbo a la copa que su amigo le ha dado. Arruga su nariz ante la espantosa música disco que su mejor amigo ha elegido, pero no podía decirle nada. Era el boom de la época. Su mirada se posa en el castaño que se encuentra en la pista improvisada de la casa. Una pequeña sonrisa asoma en sus labios al ver las curvas ajenas. Como amaba esas curvas. Relame sus labios y ,cambiando la sonrisa a una más pícara, se acerca al moreno, abrazándolo por la cintura. Pasa saliva con tranquilidad y sus labios rozan el oído de Kim.

— Te ves precioso hoy. — Susurra con su voz algo rasposa, producto de no haber hablado por mucho tiempo. 

— K-Kook. — El mayor se tensa y  siente como es girado hacia el menor por su cintura. Pestañea sorprendido y mira al pelinegro con varios sentimientos encontrados. No sabe decidir si siente ansiedad, terror o felicidad al encontrarse con esos oscuros orbes nuevamente tan de cerca. 

— ¿Por que tartamudeas bonito? — El de piel más pálida de dedica una suave sonrisa, relamiendo sus labios mientras que analiza las expresiones del chico. 

TaeHyung era todo un entretenimiento para el chico. Podía verlo por horas y no se cansaría. Desde sus marcadas y delicadas facciones simétricas; esos ojos marrones hipnotizantes; su perfilada nariz; el lunar en su mejilla, pero su favorito es el lunar que el mayor tiene en el labio superior, esos labios finos, suaves y dulces que anhela probar; hasta su piel con un bronceado natural precioso, las cuales se ocupan de cubrir las suaves curvas que el cuerpo ajeno posee. Una obra de arte en vida propia. Su pequeño lienzo en blanco que ama acariciar con sus dedos y pintar con sus belfos. 

Un delirio es la palabra que lo define. 

— E-Es que me pones nervioso. — Confiesa en bajo el castaño sintiendo sus mejillas arder. Da gracias a la tenue luz. 

— ¿Yo? Creo que eso debería suceder con tu novia. ¿No crees? 

— ¿E-Eh? — El mayor abre sus ojos grandes al recordar a la dulce chica que fue a por unas bebidas. Su vista se posa en el cuerpo de su amada. — Mierda. — Murmura y aleja al chico. 

—¿Se te había olvidado que no venías solo? — Ríe entretenido viendo como la respiración del mayor se desacompasa levemente. — Te espero en el jardín en media hora. Sabes donde. — Le dedica una última sonrisa y se gira encontrándose con la novia de su delirio. — Hola. — Sonríe con amabilidad y se hace paso entre la multitud para poder ir a la mesa de ping-pong donde la gente está jugando. 

Los ojos de TaeHyung se posan en el menor, viendo como sonríe y vitorea al conseguir que la bola de ping-pong caiga en el vaso. Bebe de su vaso y sonríe al ver a su novia delante suya. Deja un beso sobre sus labios y se separa al no sentir el mismo tacto que el que él desea ahora mismo. Mira la hora en su reloj y le sonríe a la rubia. 

— Lo siento Brook. Tengo que ir a atender lago. Vuelvo lo más rápido que pueda. — Siente las manos de la chica en su nuca y ve la sonrisa en sus labios. Por instinto lleva sus manos a la delicada cintura. 

— Está bien cielo. Te quiero. — Deja un beso sobre los labios del chico y ve como este se aleja rápidamente hacia la salida al porche. 

JungKook, al ver como el chico de camisa y boina sale al patio trasero de su casa, decide imitar las acciones de TaeHyung y caminar de manera tranquila hacia su lugar. 

Kim siente sus nervios a flor de pie. Siempre que se encuentra con JungKook en ese lugar todo termina en un desastre que ama con toda locura. Ama como el chico toma su cintura y deja caricias suaves en ella, como los labios de JungKook bajan por su cuello y luego suben para besar los suyos, ama con locura cuando el menor cuela sus manos bajo su camiseta, enredar sus manos en su precioso cabello y dejarse llevar por los impulsos. Simple y llanamente ama como JungKook lo hace sentir. Ama a ese alegre y espontaneo pelinegro que le quitó su boina el primer día por los pasillos de la universidad.