Hoy entraba a tercer año de secundaria, me encontraba algo ansiosa y temerosa de que me separaran de mis mejores amigas.
En la primera hora, llamaron lista a todos los que estábamos en el salón; Miranda no dejaba de repetirse que se iría al salón 2, pero yo tenía claro que ella se quedaría. Se llevaron a Fabiana, Xiomara y Nancy al salón 2, en donde estaban los alumnos de bajo rendimiento y nuevos.
Me sentía triste porque se llevaron a Nancy, ella era de las pocas personas que se había acercado a mi cuando fui nueva en la secundaria; por otro lado, se habían quedado unos cuantos alumnos del aula 2 del año pasado.
Dentro de ese grupo estaba Renata, una chica con mala reputación y prácticamente odiada por todos del salón; el año pasado mi grupo de amigas habíamos hecho una promesa de no hablarle ni acercarnos a ella.
En el año escolar, a excepción de la primera semana cuando nos dejaban hacer lo que queramos, cada 2 meses nos cambiaban de lugares, chico con chica, para "conocer" mejor a nuestros compañeros y tolerarnos entre todos.
En esa semana de ocio, el salón estaba dividido en 3 columnas, en la primera estábamos todo mi grupo de amigas, en la segunda los chicos antiguos de mi salón, y por último los del ex salón 2.
A la segunda semana trajeron de vuelta a Nancy, no podía estar más feliz.
Las semanas pasaban y la tensión que había antes en el salón por juntarnos con otros se había ido.
Cosas pasaron: Me enteré que mi ex mejor amigo y "crush" ya había tenido dos novias en el lapso en el que no nos hablamos y Miranda me confesó que le gustaba.
Habían 2 problemas ahí, el primer problema era que él me gustaba desde un tiempo relativamente "largo", pero siempre cambiaba de opinión, ya sea por su actitud inmadura o porque solo era posesiva con él. El segundo problema era que ella sabía muy bien que el me gustaba y cuando ella me lo confesó, me di cuenta de que toda la información que ella me daba era en realidad para ella y solo me la "compartía".
Me enoje poquito, pero nos arreglamos al poco tiempo.
Nos empezamos a acercar a Renata, no parecía una mala persona, al menos al principio cuando todo era inocente.
Le confece quien era mi crush, se veía de confianza. Me enteré que le gustaba Daniel, un chico bajito que se sentaba conmigo por lo de cambios de lugar, pero ella lo veía como un amor imposible. Yo intentaba ayudarla aveces cambiandome de lugar con ella y se pudiera sentar con él.
Pero me di cuenta que ella sentía celos de mi por el simple hecho de que me sentaba con él, Daniel me empezó a hablar más, me contó sobre una chica de un año superior que le gustaba, me convertí en algo así como su psicóloga. Fui la primera en enterarme quien era dicha chica.
Al poco tiempo empecé a sentir celos de la chica, me di cuenta que me empezaba a gustar Daniel. Todo lo que me contaba sobre ella me interesaba de cierta forma, y cuando la vi... Ay.
No era broma cuando decía que a él no le gustaban chicas feas porque según él no existen. Creo que solo lo decía por esa chica, ella era bajita, tez un poco oscura, no tan agraciada y tablita.
Daniel estaba como quería a pesar de ser algo bajito. Lo superé al poco tiempo.
Miranda me confesó que le empezó a gustar Francisco, el chico más inteligente del salón; al principio no entendía el por qué. Me divertía verla como se molestaba cuando hablaba con él.
Llegaron las olimpiadas y gracias a mi gran suerte no me tocó con ninguna chica de mi salón, matenme. Las olimpiadas en mi colegio eran por colores; este año tocaba lila, verde, azul y melón. A mi me había tocado el equipo azul junto con Daniel, Francisco y Vicente.
Mi madre no dejó que me tiñera el cabello de azul, disque para hacer ánimos en mi equipo, pero logre que me dejara comprarme un spray que era de solo un día, según mis amigos quedé como Billie Eilish.
Me volví más cercana a Francisco durante las olimpiadas, me enteré que en el salón 2 había una chica obsesionada con él.
Francisco era muy agradable, algo tímido y era dotero de corazón, ¿dicen que los introvertidos llaman la atención? Pues tienen razón.
La chica que estaba loquita por Franco un día de las olimpiadas se le dio por pegarse peor que un chicle a mi, se puede decir, aún crush. Me sentí enfadadísima, así que, aunque sé que fue muy inmaduro de mi parte, me puse cariñosa con Franco y me sentí gratificada cuando vi su cara de enojo.
Terminaron las olimpiadas, mi equipo quedó tercero, vaya estafa. Nos cambiaron de lugar, otra vez, ¡viva..! Esta vez me sentaron con Juan Miguel, el novio de Fabiana, adelante mío estaban mi crush y Renata, y atrás Francisco con Ariana.
Odié con el alma que me sentarán ahí, ver todos los días que estuve ahí cuan cariñoso era mi crush con Renata era realmente odioso. Empezaron a llamar a Renata "Squishees" ya que tenía un busto algo grande, aunque para mí más parecían dos conos de helados algo deformes, si estaba celosa, perdón.
Al fin nos volvieron a cambiar de lugar, ahora me sentaba con Isandro, un chico que el año pasado había dejado en la friendzone, lo siento amigo. Delante mío estaban Vicente y Daniela, y atrás Francisco y Jimena.
Me gustaba molestar a Francisco, y más cuando le hacía cumplidos y él se reía mientras escondía su rostro detrás de sus brazos. De hecho, creo que me empezaba a gustar Francisco.
Mi ahora dudoso crush y Miranda, con quien me encontraba algo distanciada en ese entonces, se notaban algo molestos frente a mi reciente acercamiento a Francisco, cuando ellos notaban que conversaba con él o cualquier cosa ellos hacían lo mismo o hacían lo posible para atraer mi atención.
Me amisté con Miranda, pero ahora no se como decirle que me gusta su crush.
— Samantha
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Historias Pendejas De Adolescentes Pendejos
RandomRecopilamos años escolares de distintas personas y los problemas que tuvieron o tienen aún.