fifty shades of jeon; jjk

Capítulo 1

El frío de la mañana se hacía presente por todo mi cuerpo, moviéndome entre las sabanas y quejándome de la sonora alarma que molestaba mis sueños.

Alce mis brazos dejándolos caer fuera de las sabanas, tomando un poco de aire mientras miraba el techo, preguntándome si era necesario levantarme en esta época tan fría. Pero, me acorde que Arisa; la señora de la tienda de libros me había contado de que llegaría un nuevo libro que a mi me agradaría, así que, gire mis piernas dejándolas caer en la orilla de la cama, metiendo mis pies en las pantuflas negras que me había dado mi hermana, Lya.

Opte de ir primero al baño y me levante con ayuda de mis brazos dejándolos caer alrededor de mi cuerpo. —¿Quien carajos cerro la puerta del baño?—Debe de ser, Lya, la única que siempre se mete a mi baño mientras esta borracha, diablos.

Fui a la sala de estar, en busca de la llave del baño, y si, teníamos un montón de llaves para cada puerta de este jodido apartamento. Ya estaba harta de vivir siempre en un departamento, por esas mismas razones, estoy trabajando en un café medio tiempo, mientras lo otro lo ocupo para la escritura, soy amante de la literatura, es mas, tengo una estantería llena de libros, desde los 10 años hasta los 23 años.
¿Debería de llenar mas la estantería?, no lo sabia, pero si estaba segura de que debo de matar a Lya por esconder mis llaves del baño. Maldiciendo por lo bajo, encontré mis llaves botadas en el suelo con mas cosas, como ropa y lencería, clásico de Lya, en que cada noche, o mas bien cada vez que sale de fiesta trae un chico en el departamento y ya saben, lo típico de un polvo.

—Querida hermanita, ¿a que hora te levantaste?—Una somnolienta Lya se asomo por la puerta de su pieza, con una camisa que le llegaba un poco mas abajo del trasero y su pelo despeinado, con una pequeña sonrisa en sus labios y unos pequeños ojos que marcaban las ojeras, la odiaba, apestaba a cerveza y pisco, típico de ella.

La observe por unos segundos con el ceño fruncido, cruzándome de brazos mientras ella me miraba junto con un pequeño puchero que odiaba. —Cada fin de semana, es lo mismo.— Dije mientras tomaba las llaves del suelo.  —Cuando será el día en que un fin de semana te pille sana, sin hombres. —Apunte al chico quien le daba un pequeño beso en el hombro con una pequeña sonrisa en sus labios rojos e intensos.

—Ah, Hari debes vivir la vida, deja de ser un rato amargada y veras de otro color la vida.— Lya paso sus manos entrelazándola con el chico de torso desnudo, aish.

¿Que estaba dramando?, no lo sabía aún, pero algo me decía que no iba terminar del todo bien, como siempre.

—No hagas esfuerzos. —Dije apretando mis labios con fuerza mientras ella me miraba encontrando alguna respuesta más coherente de mi parte, lose, siempre estaba tratando de escapar de todo mal o problema que venía de Lya. —Por más que trates de que te cumpla tus caprichos no lo vas a lograr. —Creo que fue mi mejor respuesta del año, joder.

El timbre resonó por toda la casa, llegando a mis oídos y haciendo que a Lya exaltar y mirar de reojo al chico que aún seguía en su hombro apoyado.

—Iré abrir. —Dije mientras dirigía mis pies hacia la puerta con seguridad. ¿Y si era papá?, Lya estaría entrando en pánico si se tratará de el. Es más, yo igual actuaría de esa forma, la casa desordenada, hojas por montones, ropa botada por el suelo y sobre todo, hombres.

Tome la manilla mientras la abría mirando desde abajo hacia arriba, era un chico de traje negro ajustado, con un cuerpo muy bien trabajado, y una seriedad en su cara que ni la mosca se la quitaba. —Hum, ¿que quiere? —Era raro, ver a una persona así, bueno a mi parecer, que una persona con traje venga a la casa con una seriedad del demonio, era extraño.

Me examinó de pies a cabeza con una pequeña sonrisa mientras pasaba sus manos por la cara viendo el adentro de la casa.

—Me gustaría saber si está mí hermano aquí, lo ví anoche pasar por este departamento y con una chica rubia de puntas Rojas. —Exacto, era mi hermana. Se le notaba el enojo en sus ojos negros, decidí hacerlo pasar mientras me ganaba al lado de la puerta y este paso examinando cada lugar del Departamento.

—Estaba más ordenado. —Decidí decir una vez que cerré la puerta, mientras caminaba a su lado. —Solo que tú hermano y Lya, formaron el caos.

El asintió negando con la cabeza mientras miraba la estantería al que quedó pasmado.

Lya se asomo por la puerta y la cerro de golpe al ver al tipo que estaba al lado mío, frunciendo el ceño mientras daba un largo suspiro mire al chico quien aún estaba serio.

—¿Como puedes aguantar que cada noche venga mi hermano y hagan sexo ruidoso? —Me lami los labios nerviosa, y jugue con mis manos buscando alguna respuesta que tenga sentido.

Mire el techo y luego a el con una pequeña sonrisa.

—No tengo de otra. —Alce mis hombros con mis manos a los lados dejándolas caer mientras el me miraba. —Pero pronto me iré de aquí. Le dejaré esto a mi hermana. Obvio los libros no. —Dije sarcástica.

El asintió y escuchamos la puerta abrirse, era el chico que aún seguía con el torso desnudo y su pelo desordenado con los labios hinchados y rojos. Miro a su hermano y luego q mí, quien aún no reaccionaba, pero minutos después salió mi hermana un poco más desente e hizo una pequeña mueca mirando al chico, quien estaba totalmente indecente, el olor a cerveza se podía oler desde afuera, era todo un caos.

—Bien. —Dijo el chico con una leve mueca mirando a su hermano como si lo quisiera hundir en tierra y luego sacarlo para después ahogarlo. —Está será la última vez que tengo a buscar, idiota.

Vaya, me acordaba de Lya y yo, cada vez que salíamos de compras y la regañaba, joder.

—Vamos hermano. —Este solto una sonrisa mientras tomaba la mano de mi hermana, esta me miro preocupada y luego Alce una ceja sin dejar de mirarla.

—Vaya, que rápidos. —Solté de inmediato, ups, todos me miraron en un segundo, horror. —Lya, si Papá te pilla de esa forma, te juro que, te mataré.

Sus ojos me causaron ternura, ella estaba en un gran problema.